Fue justo antes de las fiestas navideñas cuando empezó su padecimiento. El virus llegó entre el 15 y el 18 de diciembre, no sabe exactamente cuándo ni dónde se contagió. Y junto con el virus también llegó el miedo. Un mes después, el médico Raúl Hevia, exsecretario de Salud de la comuna cruceña, se animó a contar su experiencia a EL DEBER y también habló de la cuarentena rígida.

Fue tal vez mientras cumplía sus labores en la Maternidad Percy Boland cuando el contagio llegó, en dicho centro se presentó un brote, donde varios trabajadores de salud fueron afectados y debido a que presenta otra enfermedad crónica (abiertamente señaló, en el pasado, que lucha contra el cáncer) tuvo que internarse de inmediato.

La sala de terapia intensiva de la clínica Incor fue ‘su hogar’ desde el 23 diciembre, lugar en el que combatió a la enfermedad y también al miedo. En sala vio a gente que entró caminando y que volvió a salir, aunque ya no por su propio pie. Era el comienzo del segundo ‘turbión’ de contagios, que hoy azota al departamento cruceño y que en las últimas horas afectó a 947 personas, según datos del Sedes.

«Ahora cualquier persona puede ser portadora del virus. Parece que la juventud está en campaña para matarnos a los viejos porque no se cuida, no mira las consecuencias que pueden traer al no cuidarse y al infectarse llegan a sus casas donde están los padres y los abuelos. Y el virus no perdona ni discrimina a nadie«, señala el galeno desde su casa.

Fueron 20 días en los que estuvo internado en esa sala de terapia intensiva. Los médicos iban a intubarlo, pero él no quiso, pese a tener el 50% de sus pulmones comprometidos. «Denme una hora», pidió a las enfermeras; quería avisar a su familia y, tal vez, despedirse, ya que muchos de los pacientes que son intubados no siempre retornan.

«Querían intubarme y yo tenía un mal presentimiento de eso. Los médicos que me atendieron son muy buenos y ellos me dieron una oportunidad. Dios hizo el resto. Era el día 13 de internación y yo sentía que me estaba muriendo. Me vino una crisis muy fuerte y sabía que mis posibilidades se reducían«, reseña Hevia, quien todavía recibe asistencia debido a la afectación en sus pulmones.

Se cumplieron 20 días. La fiebre desapareció, el cuadro de Hevia fue mejorando. El día 20 una nueva prueba salió negativa. El virus se había ido y aunque sus pulmones todavía sufrían siguió las recomendaciones de los médicos y volvió a su casa, ya que alguna bacteria (como las que hay en cualquier centro de salud) podría ser letal.

«Ya llevo 15 días en mi casa. Recibo fisioterapia y tengo oxígeno las 24 horas del día para poder respirar bien. Estuve encerrado 21 días en una clínica, sin saber de nadie y sin hablar con nadie, sin saber lo que sucedía ni qué día era, eran las enfermeras las que me decían cuánto tiempo había pasado», comenta el también médico de cabecera del alcalde Percy Fernández.

¿El retorno de la cuarentena rígida?

«No puedo opinar sobre algo de lo que no estoy al tanto», se sincera, pero en su criterio como médico señala que el pedido de retorno del confinamiento, que parte principalmente de las esferas del sector de salud, con seguridad se basa en informes técnicos presentados por epidemiólogos y gente con experiencia.

«He visto que la arquitecta y alcaldesa (Angélica) Sosa está en contra de una cuarentena rígida y yo supongo que ella está preocupada porque hay 200.000 personas que se quedarían sin trabajo si se toma esta medida», analiza.

¿Cuál sería el camino a seguir? Hevia responde que un escenario como el que atraviesa Santa Cruz amerita que tanto las autoridades municipales y el sector de salud aborden el tema en una mesa, donde cada uno defienda su posición y «se deberá dar la razón al que la tiene».

Considera que los especialistas tienen que demostrar que es necesaria una cuarentena rígida, manejando los estándares de contaminación existentes por el virus. Pero también apunta a que Navidad y Año Nuevo fueron el detonante del ‘turbión’ de contagios. 

De lo que sí está seguro es que se deben frenar los contagios y de que deben sentarse ambas partes, ya que tienen gente involucrada en la lucha contra el Covid-19, así como los médicos deben explicar si tienen o no capacidad real para atender no solo a los infectados, sino también a los cientos de enfermos que deben tratar alguna afección o a mamás que deben dar a luz.

«No olvidemos que a diario caen médicos, bioquímicos, enfermeras y personal de salud y no hay dónde recurrir porque la cajas de salud están saturadas. En la Maternidad hay como 14 personas enfermas y ¿quién los reemplaza? Nadie», espetó el exsecretario de Salud municipal, quien también afirma que el Gobierno central debe asumir las flaquezas en el ámbito de recursos humanos.

En este sentido, dice que el ‘slogan’ de cuidar la salud de los vecinos debe ampliarse y también dar prioridad al personal de salud, «porque sino hay médicos, ¿qué va a ser de la población? Lamentablemente seguimos en la misma «, lamentó.

Por: El Deber

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

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