El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró ayer que la «alianza transatlántica» entre EEUU y Europa «ha vuelto» tras cuatro años de tensiones, durante su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich.

«Hablo hoy como presidente de EEUU, al comienzo de mi Administración, y estoy mandando un mensaje claro al mundo: EEUU ha vuelto, la alianza transatlántica ha vuelto. Y no vamos a mirar atrás, vamos a mirar adelante juntos», dijo Biden en su discurso, que pronunció de manera telemática.

Destacó que la base de la seguridad colectiva y la prosperidad común está construida en la colaboración entre Europa y EEUU. «Bajo mi punto de vista esto es y debe permanecer como un pilar de todo lo que queremos lograr en el siglo XXI, como hicimos en el siglo XX», dijo.

Agregó que el mundo se encuentra en un punto de inflexión ante las nuevas crisis y que por ello EEUU trabajará de cerca con sus socios de la Unión Europea y «las capitales en el continente, de Roma a Riga» para afrontar los desafíos compartidos.

Asimismo, reiteró su compromiso con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y dio la bienvenida a «la creciente inversión» de sus socios europeos en capacidades militares.

Dentro de ese compromiso, mencionó el proceso de paz en Afganistán, impulsado por Washington, y su decisión de detener la retirada de tropas estadounidenses de Alemania.

Durante su intervención, Biden se presentó como un líder mundial que busca estar a la cabeza de los problemas más acuciantes que afronta el mundo.

«Estamos en un punto de inflexión entre aquellos que sostienen que, dados todos los desafíos que afrontamos, desde la IV revolución industrial a la pandemia global, la autocracia es la mejor manera de avanzar, dicen, y aquellos que entienden que la democracia es esencial, esencial para responder a estos retos», advirtió.

En ese sentido, pidió defender, fortalecer y renovar la democracia.

Uno de los retos que mencionó fue China: «Debemos prepararnos juntos para una competición estratégica a largo plazo con China. Cómo EEUU, Europa y Asia deben trabajar juntos para garantizar la paz y defender nuestros valores compartidos y promover nuestra prosperidad en el Pacífico».

A ese respecto, instó a rechazar «los abusos económicos y la coerción del Gobierno chino, que socavan las bases del sistema económico internacional. Todo el mundo debe jugar bajo las mismas reglas», dijo.

Otro desafío para EEUU es Rusia, «los ataques del Kremlin a nuestras democracias y su uso de la corrupción para intentar minar nuestro sistema de Gobierno», indicó.

«Los líderes rusos quieren que la gente piense que nuestro sistema es más corrupto, o tan corrupto como el suyo -denunció-, pero el mundo sabe que no es cierto, incluidos los propios ciudadanos de Rusia. (El presidente Vladímir) Putin busca debilitar el proyecto europeo y nuestra alianza de la OTAN».

«Es por eso que defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania continúa siendo una preocupación vital para Europa y EEUU. Es por eso que abordar la temeridad rusa y su pirateo de redes informáticas en EEUU y en Europa y el mundo se ha vuelto crucial para proteger la seguridad colectiva», alertó.

Sobre Irán, dijo que su país está dispuesto a «negociar» junto al resto de países firmantes del acuerdo nuclear de 2015, pero aseguró que es necesario que también se afronten «las actividades desestabilizadoras» de Teherán en Oriente Medio.

«Estamos preparados para volver a implicarnos en negociaciones con el grupo 5+1 sobre el programa nuclear de Irán», afirmó Biden durante su discurso ante la Conferencia de Seguridad de Múnich.

«También tenemos que hacer frente a las actividades desestabilizadoras de Irán, y trabajaremos estrechamente con nuestros socios en Europa y otros lugares a medida que avanzamos», añadió.

Aun así, afirmó que no se trata de «poner a Oriente contra Occidente» o que quiera un conflicto.

«Queremos un futuro donde todas las naciones sean capaces de determinar libremente su propio camino, sin amenaza de violencia o coerción, subrayó Biden, al tiempo que puso como ejemplo la crisis de Covid-19, sobre la que consideró que las naciones deben cooperar.

Reingreso oficial al Acuerdo de París

Estados Unidos regresó oficialmente ayer al Acuerdo de París sobre el clima y el gobierno de Biden prometió hacer de la batalla ambiental una prioridad máxima.

Exactamente un mes después de asumir el gobierno, la principal economía del mundo y segundo mayor emisor de carbono regresó formalmente al acuerdo de 2015 que busca combatir el calentamiento climático.

El acuerdo tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura global a 2 ºCelsius (3,6 ºFahrenheit), por encima de los niveles preindustriales, y continuar el esfuerzo para bajarlo a 1,5 ºC.

El reingreso de Washington significa que el Acuerdo de París vuelve a incluir virtualmente a todas las naciones del mundo luego de que Donald Trump, antecesor de Biden y aliado de la industria de los combustibles fósiles, retirara a EEUU del pacto argumentado que era injusto con el país.

Trump anunció el retiro en 2017, que se concretó en noviembre de 2020.

«El cambio climático y la diplomacia científica nunca podrán volver a ser ‘agregados’ en nuestras discusiones de política exterior», dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado en el que saluda el regreso de EEUU al acuerdo.

«Abordar las amenazas reales del cambio climático y escuchar a nuestros científicos está en el centro de nuestras prioridades de política nacional y exterior. Es vital en nuestras discusiones sobre seguridad nacional, esfuerzos de salud internacional para la migración y en nuestras negociaciones comerciales y de diplomacia económica».

Tras elogiar el Acuerdo de París, negociado por el expresidente Barack Obama, Blinken dijo que la diplomacia climática será crucial.

Biden planea una cumbre climática para el 22 de abril, en coincidencia con el Día de la Tierra. Y John Kerry, exsecretario de Estado y ahora enviado climático de EEUU, pidió al mundo que aumentara sus ambiciones en las conversaciones sobre el clima de la ONU que tuvieron lugar en Glasgow en noviembre.

Biden se comprometió a que el sector energético estadounidense esté libre de polución para 2035 y que el país pase a ser una economía de emisiones cero para 2050.

Pero los objetivos del Acuerdo de París son esencialmente no vinculantes, y cada país redacta sus propias medidas, un punto en el que insistieron Obama y Kerry, conscientes de la oposición política en casa.

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

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