Entregas de ivermectina por doquier, visitas de brigadas médicas en los barrios y pedidos de vacunas, fueron algunas de las acciones con las que iniciaron su campaña los candidatos a la alcaldía de Santa Cruz de la Sierra, un municipio que comenzaba a sentir el impacto del rebrote por la pandemia de coronavirus y que se instaló en la agenda de los políticos en competencia para las elecciones subnacionales del 7 de marzo.

Luego vinieron las lluvias y con ésta los baches en cada una de las radiales y calles de una ciudad que aguantaba las inclemencias del tiempo, pero que responde a que en enero, los nubarrones se apoderan del cielo. Ya es como una tradición. Allí también surgieron propuestas para enfrentar las temporadas de lluvias con un nuevo plan de drenaje en la ciudad.

Se acercaba el inicio del año escolar y la campaña se centró en la educación. Bonos, material escolar e internet gratuito fueron las propuestas más sonadas.

Hasta aquí, para los politólogos Daniel Valverde y José Orlando Peralta, quienes han venido estudiando los discursos de los mensajes, las propuestas electorales resultan de la coyuntura, pero que, hasta en eso, no son aclaradas por los postulantes a la tan codiciada silla edil, de cómo serán gestionadas.

Valverde asegura que es parte de la crisis politica y es más evidente en las agrupaciones ciudadanas que disputan la Alcaldía y la Gobernación.

“Elaboran sus mensajes o discursos de acuerdo a cómo amanece cada día. Son bastante inestables. Es muy normal que no tengan un discurso, porque no parten de una visión estructural. Al principio se colgaron de la pandemia, hicieron su banderita de lucha”, dijo Valverde.

El analista ve que las propuestas son una especie de menú, como los bonos, los mercados o la profundización de las autonomías. Cree que es una falla de la carencia de las organizaciones políticas que no tienen vida orgánica, que surgen al calor del momento electoral.

“En las ciudades modelo, como Medellín y Curitiba, los candidatos son personas que han estado haciendo por años un seguimiento a sus ciudades y visionando qué tipo de ciudad quieren. Aquí no, es parte de la crisis de las organizaciones políticas que improvisan. Basta mirar con los candidatos a concejales que tenemos, personas vinculadas a los gremios”, dijo.

Valverde analiza que, en el caso de la candidatura de Angélica Sosa, se apela de manera excesiva a la figura de Percy Fernández.

“Quiere agarrarse de lo que representó Percy en su momento, pero cuando todo es en exceso termina siendo mal, la debilita de crear un propio perfil de lo que ella podría ser como candidata y futura posible alcaldesa. Es como una muletilla cuando hay un vacío o se siente insegura”, indicó Valverde.

En el caso de Jhonny Fernández, Valverde observa un discurso “muy de salón. Tiene la voz embargada, porque cuando fue alcalde tuvo problemas con el tema de la basura, el vertedero. Los candidatos que tienen mayor dificultad son los que parecían más fuertes”, detalló Valverde.

Para Peralta, esto sucede porque el ciudadano se lo permite al no cuestionar o exigir saber cómo se realizarán todas las propuestas con que los candidatos llegan día a día a los barrios para conquistar el voto.

“No es que tengan que saber de memoria sus planes de gobierno, pero tiene que haber una relación lógica en su rutina discursiva con base en el programa, porque es su fundamento para plantear sus estrategias de campaña”, dijo Peralta.

Por: El Deber

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

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