La sombra del monumento al Cristo Redentor se extiende plácidamente sobre el asfalto. Hoy, no hay vehículos ni micros que la atropellen. Por segundo día, la cuarentena rígida muestra una Santa Cruz de la Sierra en silencio, solo interrumpido por algún vehículo y ciclistas que aprovechan las vías despejadas para transitar.
En la rotonda del segundo anillo, policías y gendarmes mantienen una vigilancia relativa. La casi nula circulación permite la tranquilidad.
En dirección hacia el tercer anillo, Marcia y Mateo avanzan en bicicleta con la seguridad que la ruta vacía ofrece. Van a visitar a su abuela, el día lo permite. Al igual que ellos, muchos otros vecinos recurren a la bicicleta para trasladarse y visitar a los seres queridos para ir al mercado o supermercado a abastecerse de productos.
La escena de tranquilidad se replica en los mercados donde la afluencia de personas está muy por debajo de lo esperado. Entre el 20% y el 30% de un día normal, comenta una comerciante. En el mercado Mutualista, principalmente, atienden los friales y los puestos de comidas. Muchos otros locales mantienen sus toldos cerrados, pues no todos los comerciantes han tenido cómo transportarse hasta su fuente de trabajo.
La atención en los centros de abastecimiento y pulperías barriales está permitida hasta las 12:00, de acuerdo a los ajustes que la propia Alcaldía realizó.
En las zonas alejadas de la ciudad, el control de las rotondas está a cargo de los gendarmes municipales. Como ocurre en la avenida Beni y cuarto anillo, donde dos uniformados municipales controlan el paso de motorizados, incluso han colocado vayas de protección amarillas.
Desde la Secretaría Municipal de Comunicación, Ezequiel Serres, destacaba el compromiso de la población para acatar responsablemente la cuarentena rígida y las disposiciones emitidas por el Gobierno Municipal.
Serres agradeció el apoyo que reciben de los vecinos respetando los tres días del feriado y evitando la realización de concentraciones.