El ingreso irregular de venezolanos a Chile se múltiplicó diez veces, respecto al mismo mes del año pasado, lo que ha provocado que los servicios de salud colapsen. Los extranjeros, usan la frontera de Pisiga para llegar al vecino país.
«Actualmente, han llegado 3.600 extranjeros irregulares solo este año, 10 veces más que a la fecha el año pasado», afirmó Miguel Angel Quezada, Intendente de la región de Tarapacá, citado por el diario La Tercera.
Según las autoridades chilenas, miles de inmigrantes caminan desde Bolivia por el inhóspito altiplano andino, a unos 3.600 metros de altitud, soportando temperaturas extremas y desafiando la pandemia de covid-19, hasta llegar a la región de Tarapacá, a unos 2.000 km al norte de Santiago, una dura travesía que esta semana ya cobró la vida de dos migrantes.
“Esto es muy difícil para nosotros los venezolanos, que estábamos acostumbrados a tenerlo todo. Salimos a buscar un futuro para nuestros hijos, para darle una buena alimentación, porque allá (en Venezuela) estábamos muriendo de hambre”, comentó una ciudadana venezolana a Cadena A.
En lo que va de año, más de 1.500 de estos extranjeros -entre ellos ancianos, embarazadas y niños- cruzaron a Chile por la localidad fronteriza de Colchane donde cientos de ellos se han quedado acampando.
Según un reportaje difundido por Cadena A, los extranjeros utilizan los minibuses de transporte público denominados “surubí” para transportarse hasta la zona fronteriza de Colchane. Este viaje lo realizan de noche y deben pagar entre 15 y 20 bolivianos por persona.
La situación está generando una nueva crisis migratoria, y esta semana surgieron denuncias por parte del alcalde y vecinos de esta zona de unos 1.600 habitantes, en su mayoría de origen aymara, sobre supuestas ocupaciones ilegales de casas por parte de ciudadanos extranjeros.
«Esto está produciendo un colapso en cuanto a la atención médica, también a los servicios básicos. Cada día vemos el aumento considerable de inmigrantes que ingresan a Chile sin control alguno», dijo Javier García, alcalde de Colchane.
Mientras que en la frontera boliviana se han incrementado los robos en alojamientos, que presuntamente son alquilados por venezolanos, según informó Cadena A.
Las autoridades chilenas reforzaron sus fronteras con militares y pidieron colaboración al Gobierno Boliviano para controlar la zona de Desaguadero, que también es utilizada para migrar.
Por: El Deber