Buguer, un perro que hizo su servicio en la Unidad de Canes de la Policía de Cochabamba, pasa sus años de jubilación en la familia del cabo Jorge Gutiérrez, su último guía.

Ya no busca explosivos como solía hacerlo; ahora juega, come y pasea libremente en su nuevo hogar, en Vinto. A Gutiérrez le asignaron el can cuando todavía era un cachorro de casi un año.

Contó que sus camaradas dudaban de que pudiera adiestrarlo, pero él y Buguer conectaron. La mascota sirvió a la Policía por casi seis años y durante ese tiempo participó de diferentes operativos y se destacó en su especialidad. Buguer es un pastor alemán de color negro, es de gran tamaño y se jubiló en noviembre de 2019, en la época de los conflictos sociales.

En ese entonces, Gutiérrez fue destinado a otra unidad y no quería separase de su compañero de travesías.

Decidió adoptarlo y pasó del servicio público a ser una mascota. Ahora juega con los hijos de Gutiérrez, pasea en el barrio de Vinto y, cuando lo hace, suele intimidar a otros perros de la zona por su aspecto, pero su instructor aseguró que no es agresivo; se entrenó para socializar con canes y niños.

El cabo rememoró los trabajos que realizaron como pareja, por ejemplo, los operativos en el Juzgado, las inspecciones a los lugares en donde presuntamente había explosivos, las demostraciones en las unidades educativas. “Es que el Buguer era ágil, en esos lugares asombraba a todos por su destreza. Era y es una buena mascota y un buen amigo”.

Buguer tiene un problema de malformación en la pata izquierda, cojea. Gutiérrez lo cuida y ya no le exige como antes en la rutina, ya cumplió con su servicio; ahora le queda disfrutar de su jubilación. Volver a las filas policiales ya no es una opción.

Servicio y rutina

La Unidad de Canes, ubicada en la avenida Suecia, tiene diferentes especialidades como la búsqueda y locación (BYL) de cadáveres, de explosivos, de personas, defensa y protección, canoterapia, entre otras. Este espacio cuenta con 26 mascotas, de las cuales varias tienen especialidades y otras están en proceso de entrenamiento.

La rutina en esta unidad es la siguiente: a las 8:00 es el desayuno y el relevo. Entre las 9:00 y 11:00 es la instrucción, ésta se puede realizar en campo cerrado o abierto.

A mediodía es el almuerzo y descanso hasta las 14:30. Luego, reciben nuevamente instrucción que finaliza a las 16:00. A partir de esa hora les proporcionan otra vez su alimentación y sus vitaminas. A las 19:00, suelen realizar patrullajes en la zona.

Dependiendo de las campañas o solicitudes del Comando Departamental de la Policía, salen a los operativos.

Jubilación

El director de la Unidad de Canes, Carlos Camacho, explicó que cada perro tiene entre cinco y seis años de servicio, dependiendo de su estado físico, y para que se jubile “es todo un trámite”.

Además, otro debe tomar su lugar. Contó que los primeros o últimos instructores normalmente suelen tener preferencia de adopción, porque conocen el comportamiento del animal y por la conexión que ambos generaron en el servicio.

En el caso de que ninguno cuente con las condiciones necesarias y económicas para la adopción, la unidad busca a otra familia. Los mismos proceden a firmar un compromiso. “No se están llevando a un perrito cualquiera; sino a alguien que cumplió sus funciones sirviendo a la sociedad”, agregó.

En esta unidad hay varios canes que están con más de cuatro años de servicio, pero sus reemplazos todavía están en etapa de instrucción. 

A punto de jubilarse

En el Centro de Adiestramiento de Canes de la Policía de Cochabamba hay varias mascotas que están por jubilarse, pero todavía falta entrenar a sus reemplazos. Hay cachorros que recién ingresarán a su etapa de instrucción.

Razas

Pastor alemán, golden retriever, bóxer, pastor belga y labrador retriever son algunas de las razas de canes que la Policía entrena en Cochabamba.

Policías recuerdan las hazañas de los canes que se retiraron y ya fallecieron

Los instructores de la Unidad de Canes de la Policía de Cochabamba llevan consigo varias historias o anécdotas que vivieron el can que se les fue asignado. Varios de los animales pasaron sus últimos días con su instructor.

Toby, un can que fue rescatado, todavía está en la memoria del suboficial Javier Tola. El perro hizo varios cursos y se destacó a nivel nacional como el mejor. Incluso viajó a Santa Cruz cuando el papa Francisco llegó a Bolivia y estuvo en el G-77, entre otros acontecimientos.

Luego de cumplir sus años de servicio, Tola adoptó al can pero hace tres años falleció. Foster padecía la enfermedad de lupus, pero aun así se desatacó en sus años de servicio. La etapa de la jubilación la pasó junta a la familia del sargento Ariel Aguayo, quien lo entrenó desde cachorro.

Laica vivió más de una década con el sargento Pedro Licivio. Sus primeros años recibió instrucción y sirvió a la Policía. “Era un buen perrito, pese a que haya pasado varios años desde que nos dejó, todavía lo recuerdo muy bien”, contó.

El director Carlos Camacho conectó con Choco, de raza braco alemán, al que encontró por la avenida Suecia ya de casi cinco años de vida. El can recibió instrucción no para realizar un servicio en la unidad, sino para ser un perro adiestrado.

Lo acompañaba al trabajo. Fue bien recibido en su casa, e incluso llegó a ser el protector de su hija menor. “Le hacía caso más a mi hija que a mí”, rememoró.

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *