El secretario ejecutivo del Sindicato de Ramas Médicas de Salud Pública (Sirmes), Fernando Romero, lamentó la falta de coordinación del Gobierno en el tema de la vigilancia de los efectos de las vacunas antiCovid-19 en la población o farmacovigilancia.
Romero dijo a ANF que los galenos hacen todo lo que pueden para apoyar en este aspecto a la población, pese a la falta de personal y centros de salud que brinden atención las 24 horas, frente a un Ministerio de Salud con 5.000 profesionales a su disposición, pero con ningún equipo de reacción rápida y sin línea gratuita para brindar auxilio ante posibles complicaciones. El Ministerio de Salud no se pronunció al respecto.
«Con lo que tenemos para atender los centros inmediatamente de la vacunación, los de 12 horas y 24 horas, estamos atendiendo en lo razonable, no estamos descuidando a la población, lo más que podemos hemos estado haciendo», dijo Romero.
Pero reconoció que hay quejas debido a la gran cantidad de pacientes e insuficiente personal médico, lo que se complica cuando hay una molestia nocturna en el vacunado y no puede acudir a un centro porque está cerrado, «y ahí es donde se siente la debilidad de la atención».
La OMS define farmacovigilancia como la ciencia y las actividades relativas a la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos de los medicamentos o cualquier otro problema relacionado con ellos.
Romero indicó que con todo fármaco que se utiliza, lo que la farmacovigilancia establece es que cualquier persona que note algo anormal, fiebre, erupciones, taquicardia, dificultades para respirar, por el tema de la vacuna, inmediatamente debería comunicarse con un centro de salud que esté abierto las 24 horas del día.
Para vigilar posibles reacciones de las vacunas antiCovid, dijo Romero, los centros de cada barrio de la ciudad deberían tener 24 horas a un equipo trabajando para reaccionar de forma inmediata cuando ocurra algún evento adverso, pero «no hay personal, y es por eso que nuestros centros, aunque tienen capacidad de atender 24 horas, no lo hacen».
Acotó que en la ciudad de La Paz solo hay ocho centros de salud que atienden 24 horas y el resto está cerrado por falta de personal.
«No sería nada complicado que cada centro trabaje siete días, 24 horas, y ahí no habría problema con el seguimiento, el control, de cualquier complicación leve, moderada o severa, pero no existe esto, por eso al Ministerio de Salud le hemos hecho notar que a La Paz le hace falta 2.500 ítems para tener un sistema de 24 horas, que es lo que cualquier ciudad capital tiene», apuntó.
El galeno señaló que el sistema público salud ha estado participando en toda la campaña de la vacunación, con dos tareas básicas: La reacción inmediata en todos los puntos de vacunación, donde hay un equipo que hace el seguimiento de todas las reacciones que pudieran haber, como alergias, intolerancia en algún órgano, etc., y si se ha encontrado en algunos pacientes alzas térmicas, dolores articulares, cefaleas, etc., que se ha estado medicando con un antipirético simple.
Y también, informar sobre todos los puntos a donde los vacunados pueden acudir en cuando tengan alguna complicación que quieran comunicar, «pero no los hay».
Refirió que de acuerdo al seguimiento realizado por las redes sociales y por los centros de salud, no se presentaron casos graves por la vacunación, como en países como Estados Unidos y la zona europea con coagulaciones (trombosis), pero si cuatro casos de hipersensibilidad fuerte de personas afiliadas a la Caja, que se internaron y fueron tratadas de manera básica con corticoides, antihistamínicos y vigilancia, con buenos resultados.
Dijo que en Bolivia «tendríamos mejores condiciones si es que tuviéramos un mejor sistema», sin embargo, por la falta de coordinación del Gobierno, «estamos lejos de tener un sistema que tenga una vigilancia tan efectiva, pero no lo tenemos, y la cabeza del sector, que tiene los recursos y todo, el Ministerio de Salud, está en otra visión».