Diversos estudios confirman el dato de que a las familias de Latinoamérica les cuesta mucho ahorrar. Para contrarrestar estos números es necesario trabajar en la educación y mejor hacerlo con la niñez. El gerente de Marketing del Banco Ganadero, Edgardo Cuéllar, asegura que si un niño o niña aprende el hábito de administrar prudentemente sus ingresos, tendrá mayor posibilidad de tener una mejor estabilidad económica y no solo de él o ella; sino de toda la familia.

“Desde el Banco Ganadero, queremos sugerir a los padres de familia a invertir tiempo en enseñar a sus hijos finanzas personales. No basta con darle recursos, sino darles consejos valiosos sobre el ahorro, el gasto, cómo invertir, qué comprar, cómo generar dinero, entre muchas otras enseñanzas. El legado será muy valioso”, aseveró.

Para ello sugiere seis tips:

1. El dinero es resultado del esfuerzo y de decisiones inteligentes

Hacer las tareas puede ser una actividad cotidiana y obligatoria para un infante, pero cuando el progenitor siembra en el niño o niña el principio que el esfuerzo genera ganancias, puede tener resultados muy valiosos. Por ejemplo, explica Cuéllar, si después de cumplir con sus deberes escolares el niño saca la basura, lava el auto, baña a la mascota o limpia la acera, los padres o responsables le otorgan un pago. Muéstrele con casos prácticos cómo usted se esfuerza para cumplir con sus objetivos laborales.

2. Trazar un objetivo financiero y ahorrar

Es un ejercicio diario: ni bien reciba un dinero, destinar un monto para el ahorro, incluso antes de salir a gastarlo. Puede, por ejemplo, otorgarle cierto monto fijo a su hijo por semana y trazarse juntos el objetivo de ahorrar una cantidad de ese ingreso durante el mes para comprar la camiseta que añora, unos audífonos de mayor calidad o un nuevo par de zapatos, entre otros. Las primeras metas tienen que ser alcanzables y muy añoradas. Una vez alcance un objetivo, trace otro de mayor cantidad o lapso de tiempo.

3. Invertir en conocimiento y en compras inteligentes

Enseñe a su hijo a leer. Puede empezar con biografías de personajes que él o ella admira. Averigüen sobre sus cantantes favoritos o jugadores que él o ella sigue por las redes, investiguen de ciudades, empresas o marcas. Una vez se vaya haciendo un hábito, inviertan sus ganancias en nuevos libros. Pueden comprar por Internet o en librerías físicas o virtuales. Recuerde recompensar a su hijo si completa la lectura en un tiempo prudente. Enséñele la diferencia entre una compra no inteligente e inteligente.

4. Ocupe algunas apps para aprender finanzas jugando

El Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA ha hecho una recopilación de los mejores aplicaciones y plataformas para enseñar finanzas a los niños. Entre ellas menciona a Goalsetter, que motiva a los niños para que consigan sus metas financieras a través del ahorro; MyBNK, para enseñar habilidades emprendedoras o plataformas digitales como Banqer, Life Hub, por mencionar algunas. Ver aquí

5. Enseñe a su hijo a controlar la deuda

Prestarse dinero es más fácil que pagarlo. Si no se entiende bien las razones por las cuales una persona debería acudir a un préstamo, se puede convertir en un potencial fracaso financiero en los próximos años. Un experto recomienda, por ejemplo, que, para medir los impulsos de pedir prestado con frecuencia, decirle al niño o niña que por cada préstamo debe pagar un 10% cada semana a su prestamista. “Aunque suene una opción dura, con el paso del tiempo es de gran beneficio”, asegura Cuellar.

6. Escuchar consejos e investigar antes de invertir

Puede empezar haciendo el ejercicio para la compra de una camiseta. Pídale que investigue por internet precios, calidad de las telas, tallas y cuál va acorde a su contextura y su edad. Sugiérale una opción para ver si está predispuesto a escuchar consejos. Ese mismo principio se puede llevar a compras más grandes. Antes de invertir, pídale que le comente qué necesidades satisface con la compra, si ganará o perderá dinero en un corto y mediano plazo. Deténganse a hablar antes de cada compra. ¿Me conviene? ¿Va satisfacer una necesidad? ¿Es un lujo? ¿una moda?

Por Jesus

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