La delegación de Canadá ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU encabezó hoy una declaración, secundada por EEUU y gran parte de los países miembros de la UE, expresando preocupación por la situación en Xinjiang y pidiendo una investigación independiente de posibles abusos en esa región china.

La declaración contó con el apoyo de 43 países (entre ellos España y también Reino Unido, Australia, Suiza, Nueva Zelanda y Honduras) y es según grupos de derechos humanos la primera que consigue un número tan alto de firmantes contra China en el seno de Naciones Unidas.

El texto expresa la preocupación sobre el deterioro de los derechos humanos en Xinjiang, región habitada por uigures y otras etnias musulmanas, y donde «informaciones creíbles indican que más de un millón de personas fueron detenidas arbitrariamente» y existe una amplia vigilancia de esas minorías.

También se han denunciado «restricciones contra la cultura uigur y las libertades fundamentales», así como «informes de tortura y otros tratamientos y castigos crueles e inhumanos, esterilizaciones forzadas, violencia sexual y de género, y desaparición forzada de niños de sus padres por parte de las autoridades».

Ante estas denuncias, los 43 países firmantes urgieron a China a que permita a observadores independientes, incluyendo la alta comisionada de la ONU para Derechos Humanos (Michelle Bachelet), entrar en Xinjiang para investigar estos posibles abusos de derechos humanos.

La declaración también expresó preocupación por el empeoramiento de las libertades fundamentales en Hong Kong tras la adopción en esa excolonia británica de la Ley de Seguridad Nacional, así como por la situación de los derechos humanos en el Tíbet.

En la misma sesión, una declaración en apoyo de China, presentada por Bielorrusia en nombre de 65 países, manifestó su oposición a la «injerencia en los asuntos internos» del gigante asiático «usando como excusa los derechos humanos».

El pasado mes de marzo la Unión Europea impuso sanciones contra funcionarios chinos por supuestos abusos a los derechos humanos en la región de Xinjiang, primeras que Bruselas dirigía contra el país asiático desde las que dictó tras la matanza de Tiananmen de 1989.

Cuatro países de la UE no apoyaron hoy la declaración de Canadá (Chipre, Grecia, Hungría y Malta), aunque ésta sigue abierta a que distintos gobiernos se unan a ella.

Por Jesus

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