Ginebra |

La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó ayer su preocupación por la situación epidémica en Suramérica, alertó que los brotes de contagios que ya azotan a la región están empeorando de nuevo e instó a los Gobiernos a redoblar esfuerzos.

El director de la OMS para situaciones de emergencia, Michael Ryan, afirmó que ocho de los 10 países con mayores tasas de mortalidad por coronavirus en las última semanas se ubican en el continente americano.

«La situación en Sudamérica ahora mismo sigue siendo un motivo de gran preocupación. América del Sur estaba en una situación realmente difícil hace tan solo un par de meses y, de nuevo, la situación está empezando a virar en la mala dirección», advirtió Ryan.

Indicó que cuatro de los diez países con más casos absolutos en el mundo la semana pasada estuvieron en esa región (Brasil, Argentina, Colombia y Chile).

«La mortalidad ha aumentado en países como Paraguay y Bolivia alrededor de un 20 por ciento la semana pasada», advirtió Ryan, tras añadir que la tasa de pacientes fallecidos en la región es mayor que la media global y se sitúa en torno al 3-5 por ciento.

«Ello puede ser un reflejo de la gravedad de la enfermedad, pero también puede ser fruto a una falta de acceso a cuidados médicos y a la presión que los sistemas sanitarios han tenido en muchos países», aseguró.

Ryan señaló asimismo que el porcentaje de positivos en los test que se hacen en muchos países latinoamericanos también es alto, llegando al 37 por ciento en Paraguay y al 33 por ciento en Argentina.

«La transmisión de la enfermedad en la región aún es intensa, los sistemas sanitarios están bajo mucha presión y ello se refleja en las altas tasas de mortalidad», afirmó, recordando que en ausencia de altas cifras de vacunación es recomendable mantener medidas preventivas tales como la mascarilla o el distanciamiento físico.

Por la igualdad en las vacunas

Los líderes mundiales deben asumir un «nuevo compromiso» para trabajar por una distribución más equitativa de las vacunas en todo el mundo si quieren derrotar la epidemia, afirmaron ayer cuatro importantes organizaciones internacionales en un llamado común.

Según muchos observadores, las desigualdades en materia de vacunas entre países ricos y pobres complican y prolongan una pandemia que ya dejó más de 3,5 millones de muertos en todo el mundo.

En un texto publicado ayer en el diario estadounidense Washington Post, los responsables de la OMS, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial afirman que estas desigualdades han favorecido la aparición de variantes del coronavirus que provocaron nuevos brotes en países en desarrollo. 

«Está muy claro que no podrá haber resistencia mundial a la pandemia de Covid-19 sin poner fin a la crisis sanitaria. El acceso a las vacunas es clave para ambos. Acabar con la pandemia es posible y requiere una acción global hoy», indicaron.

El manifiesto fue firmado por la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el presidente del Banco Mundial, David Malpas, y la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala.

Todos ellos piden que el G7, en su próxima cumbre en el Reino Unido a finales de este mes, acuerde «una estrategia más coordinada, respaldada por nuevos fondos, para vacunar al planeta», y que acepte contribuir con 50.000 millones de dólares a un plan contra la pandemia que ya fue propuesto por el FMI.

Estos fondos permitirían «aumentar considerablemente la producción de diagnósticos, de tratamientos, de oxígeno, de equipos médicos y de vacunas de cara a una distribución equitativa», detalló el jefe de la OMS en rueda de prensa.

El objetivo es vacunar al menos al 40 por ciento de la población mundial de aquí a fines de año y al menos al 60 por ciento antes de finales de 2022 para lograr una sostenible recuperación económica mundial.

El sistema Covax, apoyado por la ONU, se creó para compartir vacunas con los países más pobres. Pero los más ricos firmaron contratos directos con la industria farmacéutica y han acaparado la mayor parte de las vacunas disponibles hasta ahora. 

La directora general de la OMC llamó a los países a renunciar a las restricciones al comercio de vacunas y de las materias primas necesarias para su producción y reiteró su llamado a aumentar las capacidades de producción local de dosis, gracias a la transferencia de tecnología.

Por Jesus

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