Los hogares de muchas personas tienen cada vez más equipos electrónicos que producen campos electromagnéticos; facilitan muchas tareas, pero pueden convertirse en un peligro para la salud. Cada dispositivo electrónico tiene un nivel de radiación que puede controlarse o manejarse si se siguen ciertas recomendaciones para neutralizar ese efecto.

¿Qué provocan?, ¿cómo evitarlo? Son algunas de las respuestas que podrán encontrar en el siguiente artículo.

Red wifi. Utiliza ondas que liberan radiación y crean campos electromagnéticos. Se recomienda ubicar el router lejos de las habitaciones. Si la red no está en uso, mejor apagarla.

La iluminación halógena y la fluorescente, que reemplazaron la tradicional, también emiten radiación. Estas lámparas emiten rayos UVB, UVA y radiación infrarroja que incrementa de acuerdo al tiempo de exposición.

Teléfono inalámbrico. Estos dispositivos, además de sus bases, son fuente de emisión de radiación en todo momento, estés o no utilizándolos. Es bueno mantener el teléfono lejos del cuerpo, activando el modo de altavoz.

Celulares. Se ha demostrado científicamente que la luz azul puede dañar los ojos. Supone una seria amenaza a las neuronas de las retinas las que tienen directa relación con el cerebro. Se recomienda evitar su uso prolongado, ver la pantalla muy cerca de los ojos y utilizarlos antes de dormir, pues dificulta la conciliación de un sueño reparador. 

Computadoras. Provocan latidos del corazón irregulares, trastornos del sueño, fuertes dolores de cabeza, mal funcionamiento de la tiroides, pérdida de energía, estrés, mareos, falta de memoria y disminución de la libido.

Una solución a este problema de contaminación electromagnética es conectar la pantalla o el equipo a tierra, cargar completamente y desconectar para reducir al mínimo la exposición. Asegurarse de que los enchufes y tomas de corriente estén alejados del cuerpo, colocar un elemento conductor, por ejemplo, un filtro y un ionizador, un emisor de iones negativos que sirve para mejorar la calidad del aire.

Televisores. Cuando permanecemos sentados delante del televisor, somos irradiados por una amplia gama de frecuencias: una base de 50 o 60 hertzios, otra de barridos de unos 17 kilohertzios y otras. Estos campos electromagnéticos no son unidireccionales, sino que se reparten globalmente alrededor del aparato. Esta radiación electromagnética apenas conoce barreras, por lo que una pared no será obstáculo para ella. Se recomienda usar pantallas de baja radiación o pantallas planas de plasma que tienen menor incidencia.

Radio reloj. Contiene un transformador que produce un fuerte campo electromagnético, sobre todo si está cerca de la cabeza. Los biorritmos se alteran provocando insomnio, irritabilidad, cansancio y depresión, entre otros trastornos. La solución consiste en alejarlo a más de un metro de distancia, aunque lo recomendable es cambiarlo por uno a pilas o mecánico.

Máquina eléctrica de afeitar.  Richard Severson, del Fred Hutchinson Cáncer Research, relaciona el uso de las maquinas eléctricas de afeitar con el cáncer. Genera un elevadísimo campo magnético y eléctrico, que somete a la persona a una elevada tensión. El estudio de los doctores Richard E. Lovely y Ray L. Buschbom indica que los hombres que utilizan la máquina eléctrica para su afeitado, tienen un riesgo 250 por ciento superior de contraer cáncer.

Secador de pelo. Este aparato provoca un fuerte campo electromagnético. Existen estudios que indican un porcentaje mayor de mujeres con cáncer de mama entre las peluqueras que lo utilizan con mayor frecuencia que el resto de las mujeres. En estos últimos dos casos se recomienda evitar su uso a menos que sea muy necesario.

Electrodomésticos. La lavadora emite un fuerte campo electromagnético cuando está en funcionamiento; puede llegar a unos tres metros de distancia. Se recomienda evitar la contaminación electromagnética, especialmente a las personas que tuvieran dispositivos como marcapasos y otros. 

Refrigerador. Emplea un motor eléctrico que genera, de forma intermitente, un campo magnético que puede llegar a dos metros de distancia. Aparte de la distancia de seguridad que hay que mantener entre el electrodoméstico y los lugares de estancia, hay que considerar el efecto que puede tener el campo magnético sobre los alimentos. Para minimizarlos es mejor poner especialmente los pescados y las carnes lo más alejados del motor.

El horno microondas. Las investigaciones realizadas en la Unión Soviética desde 1957 y durante más de 30 años en el Instituto de Radio Tecnología de Kinsk e Instituto de Radio Tecnología en Rajasthan, en las que se usaron distintos alimentos expuestos a la cocción por microondas para cocinar, descongelar o calentar, concluyeron que se formaron carcinógenos en todos ellos.

En general, se produjo una disminución del valor nutricional: disminución de la biodisponibilidad del complejo de vitamina B, C y E y minerales esenciales. Lo que hace que se pueda considerar un alimento “muerto”, y que en ciertos alimentos como es el caso de la leche, algunas moléculas se recombinen generando compuestos que pueden ser tóxicos.

Prevenir y reparar los daños

Descargar la electricidad y electromagnetismo del cuerpo a la tierra, de pie descalzo sobre la hierba húmeda o caminar en arena. También, tomar una ducha antes de dormir neutraliza y cataliza los efectos nocivos de los campos electromagnéticos.

También es útil el uso de alimentos clave y suplementos, mejora la resistencia a la radiación electromagnética.

Una dieta rica en nutrientes es también esencial. Entre los productos comestibles y los superalimentos que protegen contra los EMF están el yodo, aceite de oliva, semillas y frutos secos, vitaminas C, D3, complejo B, verduras de hoja verde oscura, Spirulina, cúrcuma, jengibre, melatonina, albaca, ácidos grasos Omega-3, azufre, selenio, zinc, magnesio y otros.

Otros alimentos que ayudan a prevenir y reparar el impacto en el ADN son las alcachofas, los arándanos, frijoles rojos, nueces, semillas de granada, romero, espárragos, arándanos, nueces, ciruelas, verduras crucíferas, la canela, el brócoli y el cilantro.

¿Dónde surgen los estudios?

La Unión Soviética fue pionera en el rubro de la investigación de los campos electromagnéticos y su repercusión sobre la salud de las personas. En 1960 aparecen los primeros informes que relacionan alteraciones biológicas sufridas por los trabajadores de los tendidos de alta tensión. Investigaciones de laboratorio advierten sobre la acción potencial de los campos como causa del crecimiento de las células tumorales.

En 1972 desarrollaron una legislación según la cual las líneas de alta tensión capaces de generar intensidades de campo de 25 kilovoltios/metro deben situarse a una distancia mínima de 110 metros de cualquier edificación habitable. Asimismo, se regulan los tiempos máximos de exposición a los campos electromagnéticos, según su intensidad.

Sin embargo, diariamente estamos expuestos a muchos tipos de radiaciones, puesto que todos los aparatos eléctricos o electrónicos producen emanaciones de contaminación artificial y natural.

El fenómeno de la radiación consiste en la propagación de energía en forma de ondas electromagnéticas o partículas subatómicas a través del vacío o de un medio material y cada una de ellas emite radiaciones de diferentes tipos. 

La energía de los rayos X en general, se encuentra entre la radiación ultravioleta y los rayos gamma producidos naturalmente. Los rayos X son una radiación ionizante, porque al interactuar con la materia produce la ionización de los átomos de la misma.

Por Jesus

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