“Trate de conseguir este medicamento. Es muy necesario” son las palabras que utilizó el médico de esta historia para dar inicio a una carrera contra el tiempo donde se presentaron dos obstáculos enormes: la escasez de fármacos contra el coronavirus y el acecho de los estafadores.

Tocilizumab es el nombre de uno de los medicamentos más difíciles de conseguir. Una vez hecha la prescripción, los familiares no dudan en hacer viral la receta para que alguien les pase un número que tenga este fármaco contra las infecciones avanzadas de pulmones que provoca el coronavirus.

A su vez, comienza un recorrido por todas las farmacias posibles, pero no hay éxito en conseguir el objetivo.

No tarda en llegar una lista de cerca una docena de números y contactos que son referencias de otras personas o que se encuentran en Facebook. Pero ¿quién está del otro lado?, ¿cómo confiar en la buena fe del que responde las llamadas o mensajes?

“Lamentablemente hay escasez, no hay productos para el Covid-19. Estamos recorriendo la Simón López y muy pocas (farmacias) son las que tiene Atracurio que recién han adquirido. Las demás no tienen Fentanil. No hay medicamentos para Covid”, indicó la responsable de farmacias del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Aleyda Camacho durante una inspección realizada el miércoles.

Entonces ¿qué queda? Hacer la llamada a estos números que aparecen por redes. Esto implica una riesgosa exposición al engaño.

En caso de ser un contacto por WhatsApp, verifique la información del contacto, si es pública, a quién pertenece y el tiempo que tiene la cuenta. En la presente historia, quien necesitaba el medicamento encontró que el número sólo tenía cinco días de antigüedad, no tenía foto de perfil y sólo decía LatinLab en la descripción.

“Tocilizumab a 7 mil bolivianos. La mitad debe depositar cuando yo le muestre las facturas de envío y la otra mitad cuando lo reciba en su ciudad”, era la propuesta de esta persona.

Sin embargo, estos elementos anteriores fueron la primera alerta. Pero conforme se descartaban otras posibilidades, la desesperación aumentaba. “Tenemos cuatro disponibles. Lo último, así que tiene que ser con el depósito ya no más de 25 mil bolivianos”, era otra alternativa que se presentaba al mismo tiempo.

Muy pocas personas en Bolivia tienen la posibilidad de utilizar 25 y hasta 30 mil bolivianos por un medicamento. Entonces, la persona de esta historia se inclina por la opción más barata.

El “vendedor” solicita un nombre y carnet de la persona a quien va a enviar el medicamento y posteriormente envía una factura del supuesto laboratorio y otra del envío en Boliviana de Aviación (BOA).

Ante las dudas, se buscó el nombre del laboratorio clínico, pero no aparecía en ninguna plataforma, red, ni nada. Se comparó la factura de la empresa aérea y no tenía el código QR típico de la aerolínea. Entonces, la desconfianza aumenta.

“¿Me puede mandar una foto del medicamento y el envase en el que está mandando?” es la solicitud a continuación. La respuesta es afirmativa, pero la foto está lejos de brindar certidumbre.

Se trata de un cooler (porque el medicamento necesita cadena de frío) con varios medicamentos. El solicitado tiene un color diferente y una luz distinta al resto. Es Photoshop.

Ante el reclamo por la foto falsa, ocurre algo esperado. El supuesto vendedor elimina todos los mensajes enviados y bloquea al solicitante. Pero ¿qué pasa si una persona no se da cuenta y deposita el dinero? Nunca recibe el medicamento, pierde tiempo valioso y recursos que definitivamente necesitará para conseguir el fármaco.

Según la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), luego de la segunda ola de coronavirus en el país, se recibieron 17 denuncias de estafas de medicamentos en todo el país. Se realizó un patrullaje cibernético con pocos resultados y llaman a la gente a denunciar, pero la persona ya está sufriendo demasiado en busca de ese medicamento como para tener tiempo y fuerzas para iniciar también una demanda.

La recomendación del Sedes es no comprar medicamento por redes sociales, pero ¿qué otras opciones dan, si no existe el fármaco en ninguna farmacia?

En la presente historia, el medicamento llegó tres días después desde Santa Cruz, porque en Cochabamba nunca se encontró la prescripción. La familia quedó adeudada por pagar una suma tres veces superior a lo que realmente debería costar.

A las personas en busca de medicamentos contra el coronavirus, solicite fotos que permitan identificar que son tomadas en ese momento, todos los comprobantes posibles con los signos de originalidad. Algún documento que acredite a la clínica, importadora o bioquímico de quien está comprando. Y aunque se encuentre muy desesperado, deténgase un instante para preguntarse si lo que le mandan es real. Además, evite dar demasiados datos personales.

Por Jesus

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