El Senado de Chile aprobó este miércoles el proyecto de ley para legalizar el matrimonio igualitario, una demanda histórica del movimiento LGTBI que aún debe sortear en las próximas semanas otra votación en la Cámara de Diputados para su entrada en vigor.

Por amplia mayoría, los senadores dieron luz verde a la iniciativa legislativa que permite la adopción y la filiación en parejas del mismo sexo, a diferencia del Acuerdo de Unión Civil (AUC), la figura legal que está vigente en Chile desde 2015.

«No es un tema de derechas o izquierdas, no es un caballito de batalla ideológico de nadie, tiene que ver con la dignidad y con los derechos humanos de los niños», dijo Rolando Jiménez, activista del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).

Para Isabel Amor, directora ejecutiva de la Fundación Iguales, el matrimonio igualitario «hace más digno a Chile» y protege a los hijos de parejas del mismo sexo «como corresponde».

El proyecto, presentado al final del segundo mandato de la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2018) y estancado durante más de cuatro años, fue retomado el pasado 15 de junio a petición del gobernante chileno, el conservador Sebastián Piñera.

En enero de 2020, el Senado chileno decidió aprobar la idea de legislar el proyecto, pero no avanzó en su articulación ante la férrea oposición de los partidos conservadores que integran la coalición oficialista.

Dando un giro a su postura sobre el matrimonio igualitario y en contra de lo que defienden algunos de sus socios de Gobierno, Piñera solicitó sorpresivamente a los legisladores durante su última cuenta pública tratar el proyecto con «urgencia», un mecanismo que permite apurar su tramitación y al que se había negado en 2019.

De aprobarse, Chile se convertiría en el octavo país de la región en aprobarlo tras Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y varios estados mexicanos.

«Deberíamos asumir con convicción que cuando se reconoce el derecho a contraer matrimonio y construir una familia, estas condiciones deben ser para todas las personas, sin distinción de sexos», indicó la presidenta de la Cámara Alta, la democristiana opositora Yasna Provoste.

Según un sondeo reciente de Ipsos, el 65 % de los chilenos cree que se debería permitir el matrimonio gay, lo que coloca a Chile como el segundo país latinoamericano con mayor respaldo, solo por detrás de Argentina (73 %).

«Cuesta mucho que las instituciones cambien. De hecho, ha cambiado mucho más rápido la sociedad que la institucionalidad», indicó Alejandro Guillier, excandidato presidencial y senador independiente.

Por Jesus

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