Hoy 21 de septiembre se celebra el Día Nacional del Fotógrafo en Bolivia. Tres fotógrafos cuentan su acercamiento con la fotografía y la situación que pasaron por la llegada de la pandemia.
La icónica plaza principal 14 de septiembre de la ciudad de Cochabamba acoge a miles de personas que la transitan, alimentan a las palomas que rodean la fuente y pasan un momento agradable entre familia y amigos.
En este tradicional panorama a cualquier hora del día resaltan los fotógrafos que se encargan, desde hace décadas, de inmortalizar unos instantes de la realidad.
Emilia Fernández Rocha
Tiene 79 años y es fundadora y vicepresidenta de la Asociación Mixta de Fotógrafos Profesionales de Cochabamba. Indica que trabaja en el rubro de la fotografía hace 50 años. Comenta que empezó en 1960 con José Ramírez, quien tenía su estudio fotográfico por la calle Colombia.
“En 1964 me fui a Argentina y regresé en 1970 a seguir con la fotografía”, dice. “Era a un matrimonio. La fiesta era por la laguna Alalay. Me fui con el señor José. Ahora estamos descansando un poco por la vejez, no tan vieja, ¿no? Pero seguimos trabajando cuando hay trabajo”, dice la fotógrafa entre risas al contar que se inició en el rubro en el templo San Pedro.
Señala que los trabajadores de este rubro están orgullosos por la insignia de su institución. Indica que le gusta sacar fotos a las plantas y en especial a las rosas. De esta manera, transmite, mediante sus fotografías, su amor por las flores. “Se dice que las personas que no tienen amor a las plantas, no se quieren así mismas”, indica con una voz que denota fuerza y orgullo.
Cuenta que la anécdota importante que tuvo en sus años de su trabajo, fue el ingresar a las Fuerzas Armadas (FFAA) después de que llegó de Argentina. “Me han cobijado las FFAA. He sido la primera mujer dentro de la institución. He sabido trabajar ahí. Les agradezco a las FFAA”, finaliza.
Óscar Pantoja Veizaga
Con 51 años de edad, indica que empezó a fotografiar desde los 15 años. Dice que su papá le metió a “la fuerza” en el rubro. “Yo no quería. Pero ahí está, de esto vivo”, menciona. Por otro lado, Pantoja señala que tiene una tienda que durante la pandemia estaba “a punto” de cerrar porque no había dinero para el alquiler.
“Ahora con la pandemia que hubo hasta cierta hora estoy en la tienda y luego me vengo a trabajar acá”, añade. Una de sus mejores anécdotas fue trabajar de fotógrafo en matrimonios. Óscar se inclina más por los retratos, porque le gusta “componer” a la persona y ver la parte artística de ésta. Además, considera que con las cámaras digitales “se saca foto y punto”.
No es como antes que se usaba el rollo, “tenías que estar seguro de lo que estabas sacando”, sostiene.
Armando Rojas
Tiene 54 años e indica que trabaja como fotógrafo hace 31 años. Su afición por este rubro inició a sus nueve años cuando empezó a ayudar a su abuelo y sus tíos que eran “cajoneros” en la plaza principal. “Mi papá igual era fotógrafo. Comenzó con la cámara oscura que es el de blanco y negro. A mis nueve años empecé a ayudar a mi papá con las cubetas y esas cosas”, añade.
Rojas prefiere las fotografías de paisajes y algunas veces de modelaje. Le gusta transmitir la composición de una persona con la ayuda de la sombra y luz en el estudio. En cuanto a su experiencia en la pandemia, señala que tuvieron poco trabajo. Sin embargo, actualmente se normaliza de a poco su labor.
Armando recuerda que hace 15 años sacó una fotografía a la cantante Miriam Hernández en el hotel Portales. “Una diva, una belleza, cuando estaba en su auge. Hermosa, bien bonita. He vendido las fotos”, menciona Rojas entre risas. Además, señala que sacó foto al expresidente Evo Morales Ayma cuando era candidato.
La fotografía ayuda a las diferentes culturas a recordar, registrar e inmortalizar cada momento, es la memoria visual que cada familia guarda con aprecio. Hoy felicitamos a los que se dedican a dibujar con la luz y hacer arte con una cámara.