La desigualdad en la vacunación contra la Covid-19, con países ricos que han inmunizado ya a la mayoría de su población mientras más de un 90 por ciento de África espera aún su primera dosis, supone una «obscenidad» y un fracaso ético, según denunció este martes el jefe de la ONU, António Guterres.

El portugués, en su discurso de apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas, criticó con dureza la falta de solidaridad en este ámbito y la destacó como un reflejo de los grandes problemas del mundo actual.

«De un lado vemos vacunas desarrolladas en tiempo récord, una victoria de la ciencia y del ingenio humano. Del otro, vemos un triunfo arruinado por la tragedia de la falta de voluntad política, el egoísmo y la desconfianza», señaló Guterres.

El secretario general de Naciones Unidas recalcó que el mundo «aprobó el examen de ciencia», pero tiene un suspenso en «ética».

«Quizás una imagen cuenta la historia de nuestro tiempo. La foto que hemos visto de algunas partes del mundo con vacunas contra la Covid-19 en la basura. Caducas y sin usar», apuntó.

Guterres volvió a reclamar ante los líderes internacionales un «plan global de vacunación» que como mínimo doble la producción de vacunas y asegure que estas lleguen al 70 por ciento de la población mundial en la primera mitad de 2022.

La pandemia y el acceso a las vacunas se perfila como uno de los temas clave de esta edición de la Asamblea General de la ONU, que arrancó este martes en Nueva York y que continuará hasta el próximo lunes con la presencia en la ciudad de alrededor de un centenar de mandatarios de todo el mundo, además de otros que intervendrán por video desde sus capitales.

Aprovechando la cita, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto organizar el miércoles una cumbre virtual para discutir en exclusiva la respuesta internacional a la Covid-19.

Por Jesus

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