El Gobierno del Reino Unido trata a marchas forzadas de resolver la crisis provocada por el desabastecimiento de gasolineras en el país, causado por una escasez de transportistas que afecta también a otros sectores y que amenaza los suministros de cara a la Navidad.

El ministro de Empresa, Kwasi Kwarteng, admitió que los últimos días hay largas filas para repostar en las estaciones de servicio debido al miedo de los conductores a quedarse sin combustible —lo que agravó la carestía—, “han sido difíciles”, pero aseguró que la situación se está “estabilizando”.

En todo caso, para garantizar que la gasolina llega de las refinerías a los surtidores, el Ejecutivo del primer ministro, Boris Johnson, dispuso que “en los próximos días” a militares como conductores de camiones cisterna, dijo el ministro.

Por Jesus

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