El matutino “O Estadao” de Sao Paulo, Brasil, publicó un reportaje en el que revela que Bolivia se convirtió los últimos años en el santuario del Narcosur, el cartel de droga del temible Primer Comando de la Capital (PCC).

Según sus datos, los miembros de Narcosur invierten en joyas, clínicas, restaurantes, fincas, entre otros, y caminan con seguridad en las calles de Santa Cruz, que se ha convertido en el centro de poder del grupo y de pasaje de la droga tanto boliviana como peruana y colombiana.

En un extenso reportaje, el medio brasileño señala que Narcosur es la denominación que han dado los expertos de la Policía Federal (PF) brasileña al cartel que aglutina a representantes del PCC y sus asociados en el narcotráfico internacional.

El reportaje señala que desde Santa Cruz los jefes narcos brasileños viajan en aviones y helicópteros para pasar vacaciones en las playas del noreste. En estas cierran millonarios contratos de droga con los “Ndrine”, las familias de la mafia calabresa Ndrangueta, la más poderosa organización criminal de Italia, que concentra el 40% del tráfico de droga en Europa.

El medio mostró fotografías y mensajes inéditos que fueron recuperados de los teléfonos celulares incautados al traficante Anderson Lacerda Pereira, alias “Gordo”, además de información de Inteligencia, del sistema penitenciario, la Policía Federal y otras instituciones. En los documentos se refleja la vida cotidiana de los líderes del cartel, así como la ostentación de sus bienes.

“Narcosur, el cartel del PCC, es la organización criminal de más rápido crecimiento en el mundo de hoy”, dijo a O Estadao el abogado Márcio Sérgio Christino, responsable en 2002 de la primera acusación contra la cúspide de la facción, cuando Marco Willians Herbas Camacho, alias Marcola, comenzó a ascender a la cima del grupo.

Los miembros de la Policía Federal entrevistados por el Estadão señalan tres razones para que el PCC actúe con aplomo en Bolivia, a pesar de que Brasil mantiene un convenio de colaboración policial con el país.

La primera razón sería la resistencia de la Policía Nacional de Bolivia a actuar en alianza con la DEA, la Agencia Estadounidense Antidrogas. La segunda, cierta rivalidad con Brasil y, finalmente, la posibilidad de que los narcotraficantes puedan contar con la protección de policías y militares corruptos.

Un caso ejemplar es el de la detención de Gilberto Aparecido dos Santos, alias Fuminho, socio de Marcola y líder de Narcosur.

Por: Los Tiempos

Por Juan de Dios Peña Gomez

Gerente Administrador de Taxi-Noticias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *