Algunos comienzan a aportar desde que sus hijos ingresan al nivel inicial. Otros van por hacer actividades para recaudar fondos, pero hay quienes optan por paquetes más económicos y hacer una reunión familiar para aliviar los gastos

“Dinero para la toga y el birrete, los zapatos del acto y de la fiesta, vestido de gala, peinado, maquillaje, sesión fotográfica, ensayo del desfile y del baile, churrasco de despedida, discurso, reservas de mesas y sillas, invitaciones. La lista es infinita. Los gastos también”, dice Mariana Durán que se alista para la graduación de su hija mayor como bachiller.

Eso es parte del ajetreo que viven los padres de familia en medio de la satisfacción de ver a sus hijos cumplir una de sus metas.

Este fin de semana su hija cerrará un capítulo de su vida, con diploma en mano y con la dicha de desfilar del brazo de su padre. Asegura que hace un año atrás, esa maravillosa imagen idealizada corrió el riesgo de no llegar a cumplirse, porque la vida tiene sus curvas. Pero hoy es una magnífica realidad que compartirá con casi un centenar de estudiantes, sus compañeros, cuyos padres también se estresaron, sonrieron, colapsaron y apretaron el puño cada vez que hubo que meter la mano al bolsillo.

Mariana dice que la graduación de un hijo es un momento muy importante en la vida de un padre de familia. “Es como la primera meta cumplida, es tener la grata sensación de que como garantes de la vida de nuestros retoños vamos por buen camino”.

La compara como una alarma en el reloj de la vida, “dándonos un sacudón, diciéndonos que el tiempo ha pasado, y que aquella pequeña vida que sostuvimos en nuestros brazos ahora corre tras su destino”.

Entonces, es tiempo de hacer diligencias y más planes. Como todo gran paso, viene cargado de nuevas obligaciones y de celebraciones, que, por más que uno no quiera, acarrean tiempo y dinero.

En el colegio de su hija se da una cuota anual desde que están en el nivel inicial, y luego de 12 años, se supone que ya hay un ahorro considerable que permita tener una fiesta soñada. En su caso debía haber un acumulado de Bs 7.000. “La verdad, no siempre estuve al día, por lo tanto, tenía un 70% ahorrado y me tocó abonar el resto”, cuenta.

El gasto depende del gusto y el bolsillo de cada familia y cada promoción.
En Santa Cruz hay de todo y para todos los gustos y bolsillos.

El paro de los 36 días en demanda del censo dejó en el aire los planes de estudiantes y padres de familia. Finalmente, este se levantó justo a tiempo para terminar con los detalles que quedaron a medias y tocó correr para tener todo a tiempo.

“Este año, antes de celebrar Año Nuevo y Navidad, estaremos de fiesta por un motivo irrepetible: la graduación de nuestros chicos, unos a los que se los empujó a subirse al tren de las clases virtuales, a vivir en medio de la incertidumbre por una coyuntura desconocida como fue la pandemia, unos que terminaron de madurar viendo a su pueblo salir a las calles y avenidas, involucrados en aquello que se llama ciudadanía”, comenta.

Dorina (51) es otra madre que logró pagar los Bs 350 que le costará el acto de graduación de su hijo, pero ahora también le quita el sueño la compra de los trajes que usarán en la ceremonia y la cena que quiere hacer para compartir entre familiares y amigos.

Ella tiene tres hijos y un sobrino a su cargo y recientemente enfrentó una enfermedad lo que le impide trabajar, por lo que le agobia pensar en todos los gastos que demanda tener a un bachiller en casa.

Algo que le favorece en este momento es que dos de sus sobrinos también están saliendo bachilleres y están pensando hacer una cena en conjunto.
“El gasto al inicio del año es con el uniforme y al final por el acto de graduación y la fiesta o cena que uno quiera hacer”, indica.

El costo del paquete para el acto varía de acuerdo al contrato que optaron los padres de la promoción de cada establecimiento. En su caso, ella pagó el básico, porque para los que querían tener invitaciones el monto subía Bs 70 más, indicó.

Este es uno de los paquetes más austeros, pues en otros van de Bs 1.000 en adelante, de acuerdo a lo que exigen y ofrecen.

Hay establecimientos donde intentaron hacer actividades para aminorar los costos, pero no todos lograron cubrir la cuota del acto de graduación para sus hijos, porque no ha sido fácil ponerse de acuerdo, porque hay papás que quieren realzar a lo grande la salida del colegio, pero otros también cuentan los centavos para poder cubrir, aunque sea lo básico.

Las autoridades educativas no participan de estos eventos extras, puesto que sostienen que los actos de entrega de diplomas de bachiller deben realizarlos en el establecimiento, pero las reuniones, cenas o fiestas son organizadas por los padres de familia.

Activación
Los actos de graduación también mueven a los negocios dedicados a la venta y alquiler de trajes, sesiones fotográficas y otros servicios. Hay empresas que ofrecen combos y promociones para dar mayor facilidad a los graduados.

Los negocios ubicados en la calle Ballivián trabajan a doble turno para cumplir con las entregas de las batas y birretes, que fueron solicitados con antelación por los bachilleres. En Fantasías Patujú, la propietaria, en su máquina de coser, confecciona los trajes con fecha de entrega para los primeros días de diciembre. Hasta el momento, ha costurado 200 túnicas y birretes, pero los pedidos siguen llegando. La mujer acelera el trabajo porque durante el paro indefinido solo atendían durante la mañana y hay que recuperar ese tiempo.

Asegura que después de dos años de poco movimiento por el confinamiento y la virtualidad, esta vez el negocio ha tomado mayor impulso, toda vez que más promociones se han acercado a hacer sus pedidos. Los trajes confeccionados hasta ahora son todos para cumplir con las entregas de los contratos de alquiler de prendas.

El alquiler de la bata tiene un costo de Bs 50 y, si se incluye el birrete y la estola, el costo aumenta a Bs 80. “Los precios se mantienen con relación a otros años, pese a que algunas telas cuestan más”, afirma.

Henry Valdera, de Confecciones Lorena, coincide en que el movimiento se ha reactivado y que los contratos se han venido haciendo desde septiembre, por lo que desde la anterior semana están cumpliendo con las entregas. Ellos se encargan de vender o alquilar el atuendo completo para los bachilleres. Algunos optan por comprar toda la vestimenta para el acto de graduación, pero otros prefieren alquilarla.

Esto también se ajusta al bolsillo, porque algunos piden la vestimenta personalizada y deben ponerle el nombre de la promoción, además del año, lo que implica un costo adicional para los que quieren guardarlo como recuerdo.
Con la virtualidad y la pandemia, los negocios se acercan a los colegios y así evitan aglomeraciones en sus tiendas.

Destacados
Los alumnos destacados reciben Bs 1.000 como incentivo a la Excelencia en el Bachillerato. De acuerdo al Ministerio de Educación, este año se beneficiaron a 10.836 estudiantes en todo el país.

Por Juan de Dios Peña Gomez

Gerente Administrador de Taxi-Noticias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *