Sofía |

El turco Mehmet Ali Agça, que intentó asesinar a Juan Pablo II hace 40 años, consideró, en una entrevista retransmitida el jueves, que los búlgaros que fueron acusados en aquel entonces habían sido «sacrificados» en un contexto de Guerra Fría.

«Era una cuestión de guerra internacional. Había una guerra entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, entre Estados Unidos y la Unión Soviética, entre el Vaticano y el comunismo, y en una guerra internacional siempre habrá tragedias humanas», declaró en una inusual entrevista con la cadena de televisión búlgara Nova, que mostró los primeros extractos.

Ali Agça, de 63 años, ha dado varias versiones para explicar lo que hizo, cuyo móvil sigue siendo un misterio a pesar de que se abrieron decenas de investigaciones.

Tras su arresto, en unas declaraciones confusas, contradictorias y exaltadas, primero apuntó que el KGB y una «pista» búlgara estarían detrás del atentado, cometido el 13 de mayo de 1981 mientras que el papa pasaba por en medio de una multitud de 20.000 fieles en la plaza de San Pedro.

Tres búlgaros -dos diplomáticos y el jefe de escala de la aerolínea Balkan, Serguei Antonov- fueron acusados de complicidad en el atentado.

Este último, el único que se encontraba en Roma, fue detenido. Tras varios años de cárcel, fue liberado «por insuficiencia de pruebas» en 1986.

«Cuando se trata de una guerra a escala internacional, estas cosas pasan. Los búlgaros fueron, digamos, sacrificados», declaró Mehmet Ali Agça.

Mehmet Ali Agça, miembro del grupo ultranacionalista «Lobos grises» en el momento de los hechos, cumplió una pena de casi 30 años de prisión por ese intento de asesinato y otros delitos cometidos en Turquía. Fue liberado en 2010.

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *