El diputado Antonio Colque (MAS) que junto al senador Henry Montero protagonizó una escena de golpes en la interpelación al ministro de Gobierno, ya intentó golpear a su colega de la opositora Creemos, Erwin Bazán, en una sesión de Diputados el 18 de marzo.

El hecho sucedió en una sesión del pleno de Diputados, el legislador Bazán se había acercado a la testera para dirigirse a la presidencia de la Cámara Baja, en ese momento dos diputadas del MAS se acercaron y a jalones y empujones hicieron que el diputado opositor retroceda hacia el corredor del hemiciclo.

El legislador solo atina a colocar sus brazos detrás de su espalda y no hace ningún acto de defensa, mientras sus colegas de su bancada tratan de que se aleje de la legisladora del MAS que persistía en los empujones.

Mientras en el pasillo le impiden pasar a Bazán, aparece abriéndose campo el diputado Colque, quien se acerca y le muestra los puños a su colega, entre tanto otros diputados intentan alejar a las partes para evitar mayor tensión.

Un hecho similar sucedió este pasado martes, cuando se desarrollaba la sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Los ánimos de los legisladores se exaltaron ante las arengas del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, que acusó a los opositores de ser cómplices del gobierno de Jeanine Áñez, de la corrupción y del «golpe».

El senador de Creemos Henry Montero se acercó a la testera y cuando se iba a dirigir a la presidencia de la ALP para reclamar que se ponga orden en la sesión, fue interceptado por el diputado Colque y otro diputado del MAS, detrás de ellos se encontraba la diputada Gloria Calisaya.

Todo empezó con manoseos, cuando el senador de Creemos a pesar de todo intentó dirigirse a la presidencia, el diputado Colque de acuerdo a las imágenes le asestó dos puñetes a la altura de sus costillas, Montero retrocede porque otro legislador sujetándolo del brazo lo aleja, pero Colque casi corriendo empieza a lanzar golpes, es en ese momento que el senador opositor responde con puñetes hasta que ambos caen al suelo.

Por Jesus

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *