“Terrorismo” y “conspiración” son algunos de los cargos imputados contra cuatro precandidatos presidenciales de oposición, que buscan desbancar al presidente Daniel Ortega en las elecciones de noviembre próximo en Nicaragua y que han sido detenidos en las últimas semanas.

La ola de arrestos comenzó a fines de abril con el arresto de Cristiana Chamorro, la figura opositora con mayores posibilidades de ganar las próximas elecciones; días después corrieron igual suerte Arturo Cruz, exembajador de Ortega en EEUU, Félix Maradiaga, y del precandidato Juan Sebastián Chamorro.

El analista político nicaragüense Manuel Sotelo dijo a Los Tiempos que estos arrestos se dan en cumplimiento a las nuevas normativas impuestas recientemente en el país centroamericano.

“El régimen sandinista ha aprobado en el último año una serie de leyes punitivas para cortar el paso a cualquier candidatura crítica que pueda evitar la tercera reelección del presidente Daniel Ortega”, manifestó Sotelo.

El analista denunció que el régimen de Ortega está realizando un “desmantelamiento” de la democracia y dijo que las detenciones responden a los cuestionamientos para realizar un “proceso electoral libre, justo, competitivo y transparente”.

Según el diario nicaragüense La Prensa, Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), fue puesta en arresto domiciliario después de seis días incomunicada en Managua por un presunto caso de lavado de dinero -a través de la fundación formada en honor a su madre- y “falsedad ideológica”.

En tanto, el exembajador ante EEUU (2007-2009), Arturo Cruz, vivió el mismo proceso a su retorno desde Washington.  Al llegar al aeropuerto de Managua era esperado por las fuerzas de seguridad para trasladarlo a prisión.

El martes 1 de junio, el exviceministro de Hacienda y precandidato inscrito por la Alianza Ciudadanos por la Libertad (Alianza CxL), Juan Sebastián Chamorro, fue inicialmente citado a una entrevista en la Fiscalía General de la República para luego ser arrestado.

Horas antes, el equipo del precandidato de la coalición Unidad Nacional Azul y Blanco, Félix Maradiaga, denunció una detención por una causa de “terrorismo”.

Pero los candidatos no han sido los únicos en verse afectados por detenciones. El expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, y la activista Violeta Granera también fueron detenidos para después pasar a arresto domiciliario sin acusaciones formales, en lo que la oposición denunció como una “cacería” política.

Un editorial del diario estadounidense The New York Times dice que la represión de Ortega deja al país a un paso de convertirse en un “Estado de partido único”, al poner de manifiesto la detención de los disidentes, la prohibición de manifestaciones, los bloqueos a los medios de comunicación y la descalificación de los partidos políticos para evitar su participación en los comicios a través de las nuevas leyes de criminalización a la oposición.

Datos: Agencias e Internet

RECHAZOS Y APOYOS

Los organismos internacionales exigieron la liberación de los postulantes al sillón presidencial, mientras EEUU dio un paso más allá al imponer una nueva ronda de sanciones para asfixiar al orteguismo.

En tanto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió a Nicaragua la liberación de los líderes de la oposición que han sido detenidos y la restitución de sus derechos políticos.

La Unión Europea (UE) advirtió sobre el “deterioro de la situación política en Nicaragua”.

Por su parte, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) rechazó las sanciones que impuso EEUU contra cuatro asesores del presidente Ortega.

ORTEGA BUSCA UNA CUARTA REELECCIÓN PARA UN CUARTO MANDATO CONSECUTIVO

REDACCIÓN CENTRAL

Daniel Ortega, exguerrillero y líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), inició su primer período en la Presidencia entre 1985 y 1990, para luego volver a retomar el gobierno el 10 de enero de 2007. Desde entonces ha sido reelecto en dos ocasiones bajo acusaciones de fraude electoral.

A partir de su tercer mandato, que inició en 2017, tiene como vicepresidenta a su esposa, Rosario Murillo.

En 2022, Ortega alcanzará 15 años en la presidencia de Nicaragua, cargo que buscará extender hasta 2027, que como marchan las cosas tiene asegurada su reelección para un cuarto mandato consecutivo.

Durante la década de los 70 del siglo pasado, Ortega luchó una vez contra una dictadura de Anastasio Somoza y gozó por ello de mucha simpatía en el mundo entero. 

Fue una lucha de David contra Goliat, un pueblo martirizado contra un clan sanguinario. 

Por todo aquello, los sandinistas gozaron de simpatía por todo el mundo y recibieron mucho apoyo. 

El otrora revolucionario se ha transformado en una caricatura del dictador  Somoza, permitiendo que los mayores sean apaleados y los jóvenes amedrentados por tiradores de precisión. 

Ahora los movimientos demócratas deben movilizarse de nuevo, pero, esta vez, contra Ortega, aquel líder que una vez inspiró a jóvenes revolucionarios.

Por Jesus

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