La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que el planeta se calentará 1,5 grados en los próximos 19 años. El fenómeno tendrá consecuencias devastadoras para Sudamérica: eventos extremos más frecuentes, suba de la temperatura media en la zona de los Andes centrales y en la Patagonia, derretimiento de la Antártida, mayores sequías y olas de calor más extremas.

Así lo pone de manifiesto el nuevo informe presentado ayer por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, que prevé que la precipitación media cambie, con aumentos en el noroeste y sureste de Sudamérica y disminuciones en el noreste y suroeste.

En comparación con el nivel medio global del mar, el nivel relativo ha aumentado a un ritmo mayor en las últimas tres décadas que el nivel medio global en el Atlántico Sur y el Atlántico Norte subtropical, y a un ritmo menor en el Pacífico Oriental.

Así, es muy probable que el aumento relativo del nivel del mar continúe en los océanos que rodean América Central y del Sur, lo que contribuiría a un aumento de las inundaciones costeras en las zonas bajas y al retroceso de la línea de costa a lo largo de la mayoría de las costas arenosas.

Asimismo, se prevé que América del Norte y Central (y el Caribe) experimenten cambios climáticos en todas las regiones con algunos cambios comunes y otros que muestran patrones regionales distintivos que “conducen a combinaciones únicas de adaptación y gestión de riesgos”.

Estos cambios en el clima de América del Norte y Central se hacen más prominentes con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y los mayores niveles de calentamiento global.

La variación de las temperaturas (medias y extremas) en las observaciones de la mayoría de las regiones es mayor que la media mundial y se atribuye a la influencia humana.

En todos los escenarios futuros y niveles de calentamiento global, las temperaturas y temperaturas extremas altas seguirán aumentando, con un mayor calentamiento en las subregiones del norte.

La subida relativa del nivel del mar aumentará en la mayoría de las costas, lo que se asociará con un aumento de las inundaciones y la erosión costera, salvo las regiones con un elevado levantamiento del terreno costero a lo largo de la costa sur de Alaska y la Bahía de Hudson.

Además, se prevé que la acidificación de los océanos (en las costas) y las olas de calor marinas (intensidad y duración) aumenten, mientras que se observa una fuerte disminución de los glaciares, del permafrost y de la cubierta de nieve, que continuará en un mundo que se calienta, con la excepción de la nieve en el norte del Ártico. Asimismo, los ciclones tropicales (con mayores precipitaciones), las tormentas severas y las tormentas de polvo serán más extremas en el Caribe, Costa del Golfo de Estados Unidos, Costa Este y en el Norte y Sur de Centroamérica.

«Código rojo para la humanidad»

El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió ayer que el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC) es un “código rojo para la humanidad” y subraya la necesidad de tomar medidas inmediatas y más ambiciosas para frenar el calentamiento global.

“La viabilidad de nuestras sociedades depende de que los líderes de gobiernos, negocios y la sociedad civil se unan en apoyo de políticas, acciones e inversiones que limiten la subida de las temperaturas a 1,5 grados centígrados”, señaló Guterres en un comunicado.

El jefe de la ONU defendió que las “soluciones están claras” y que lo que hace falta es “solidaridad y valor” para actuar.

Por Jesus

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