El expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, inicia este lunes una última ronda de consultas para formar gobierno en Italia, que entra en su tercera semana de crisis política.

Antes de que termine la semana, Draghi tiene que lograr una mayoría en el parlamento que le permita ser investido como primer ministro.

Paradójicamente, la repentina predisposición del partido de extrema derecha y euroescéptico de Matteo Salvini, La Liga, a apoyar a Draghi complica la construcción de una coalición.

La Liga mantiene relaciones tensas tanto con el Movimiento 5 Estrellas (M5S, antisistema antes de llegar al poder) como con el Partido Democrático (PD, centro-izquierda), los otros dos actores clave que se espera que apoyen al nuevo gobierno.

El gobierno saliente de Giuseppe Conte, que se vio obligado a tirar la toalla a finales de enero, es el encargado de la gestión diaria. 

La semana pasada, el presidente Sergio Mattarella, árbitro de la crisis política, pidió a «Super Mario» que formara un gobierno de unidad nacional capaz de afrontar la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia, que se ha cobrado más de 90.000 vidas y ha sumido al país en su peor recesión desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Draghi se reúne este lunes con los partidos pequeños y el martes lo hará con el M5S, el PD y La Liga.

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

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