De pronto, la ya frágil estabilidad política de los últimos años en Latinoamérica parece haber cedido en una especie de efecto contagio. Hace una semana, por ejemplo, en Paraguay las fuerzas opositoras porfiaban en la demanda de la renuncia del presidente Mario Abdo Benitez. Éste respondía a tientas mientras pedía la renuncia de todo su gabinete ministerial. Todo sucedía tras las violentas protestas que días antes también demandaron la salida de Abdo debido al mal manejo de la crisis sanitaria y crecientes problemas económicos. Allí, algunos analistas advierten el riesgo de una nueva grave crisis de gobierno.

Es un fenómeno que ya no sorprende demasiado a los peruanos. Como es sabido, es el país que en los recientes cinco años ha tenido ya cuatro presidentes. Y serán cinco en menos de seis años, pues celebrará elecciones generales el venidero 11 de abril. Unas elecciones en las que, por ahora, el favorito, según diversas encuestas, es George Forsyth, exalcalde y exfutbolista, de marcadas características populistas, con todo lo que ello políticamente suele significar.

El coloso Brasil no se halla exento de una intensa conflictividad política. La crisis sanitaria por la Covid-19 y el fin de los subsidios promovido por el Gobierno han provocado una caída drástica de la popularidad del presidente Jair Bolsonaro. Según recientes estudios de diversas encuestadoras, la tasa de desaprobación del mandatario ultraderechista supera en promedio el 40 por ciento y la de aprobación bajó hasta casi el 30 por ciento.

Se halla a escasos cuatro puntos porcentuales de su peor momento, pero además ya se constituye en el presidente peor valorado en el periodo de mandato en el que se encuentra, en 110 años. Más de la mitad de la población considera que el antiguo militar no tiene capacidad para gobernar. Por si fuera poco, hace ocho días, el ministro brasileño Paulo Guedes advirtió que Brasil puede volverse pronto Venezuela si se equivoca el rumbo económico. Guedes, considerado una garantía cada vez más dudosa de la agenda de reformas en el gobierno de Bolsonaro, advirtió que Brasil puede asemejarse pronto a Argentina o Venezuela si toma malas decisiones económicas.

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

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