Cuando una persona está sometida a un estrés constante sufre desajustes físicos y mayores índices de ansiedad y de ira

El estrés tiene serias consecuencias en la salud porque desata desajustes físicos, mayores índices de ansiedad y de ira y lleva también a cuadros muy depresivos. Frente a eso es importante combatirlo con dos aliados fundamentales que son la alimentación y el descanso.

En el llamado estrés positivo, desde el punto de vista neurológico, se produce en el cerebro una auténtica cascada hormonal. La amígdala es una región cerebral ubicada en la parte interna del lóbulo temporal medial. Se encarga de regular las emociones, especialmente el miedo, liberando hormonas como adrenalina y cortisol, que ponen a nuestro cuerpo en modo de alerta. Una vez que la amenaza ha pasado, los niveles hormonales regresan a la normalidad.

El problema llega cuando la persona está sometida a un estrés constante, ya que esta sobreactivación comporta, “además de desajustes físicos, mayores índices de ansiedad y de ira, y en caso de mantenerse en el tiempo, pueden aparecer síntomas de depresión”, como explica Antonio Cano Vindel, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es el estrés negativo o distrés. Por desgracia, la crisis sanitaria causada por el SARS-CoV-2, el virus que provoca la enfermedad del coronavirus, ha contribuido a que estos trastornos se agudicen y el estrés se extienda a escala planetaria.

Primero fue el confinamiento domiciliario, que redujo nuestro círculo social y dejó sin poder adquisitivo a miles de trabajadores. A la par, morían cientos de personas a diario, y muchos de los que han superado la enfermedad viven todavía con secuelas.

Los familiares de los fallecidos, no solo por el virus, no pudieron realizar los funerales habituales y, por tanto, elaborar el duelo. Y al final de todo vino el miedo a salir a la calle, al contagio.

Un año después, ya existen decenas de estudios que arrojan cifras alarmantes sobre el impacto de la pandemia del coronavirus en la salud mental, en especial entre uno de los colectivos que más presión está soportando: el personal sanitario.

CÓMO COMBATIRLO

Por regla general, el estrés no mejora por sí solo ni tampoco existen fórmulas mágicas para eliminarlo de nuestra vida. Para Cano, que también es presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), “lo primero que hay que hacer es tener buena información, y después, entrenar”.

Señala que un tema muy importante es la interpretación que hacemos de las demandas: si las interpretamos como una amenaza, nos activamos más. “En cambio, si las interpretamos como un reto, estaremos más sosegados”, añade Cano. Esto es lo que explica que, ante un mismo trabajo, una persona pueda experimentar ansiedad y, en cambio, otra se sienta motivada.

El compromiso con nuestra profesión o el interés hacia nuestras tareas, puede hacernos experimentar emociones positivas aunque haya estrés, especialmente cuando sabemos que nuestro esfuerzo tendrá un reconocimiento.

DOS ALIADOS

El manejo del estrés pasa por descansar y llevar una buena alimentación, intentando no comer de manera emocional. Un estudio europeo coordinado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), denominado MyNewGut , ha demostrado que una microbiota sana contribuye a regular el apetito; el metabolismo de nutrientes, como la glucosa; el peso corporal; y la inflamación asociada a la obesidad. Además, también ha puesto en evidencia la influencia en el neurodesarrollo y la respuesta al estrés, que, a su vez, incide en el futuro riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas y mentales crónicas.

En cuanto al descanso, a muchas personas les cuesta estar sin hacer nada, pero es necesario desconectar y tener momentos de ocio para dejar atrás las preocupaciones. La falta de sueño, a la larga, produce agotamiento y bajo estado de ánimo, por lo que debemos dormir entre siete y nueve horas al día.

En un momento de estrés universal como el actual, los expertos también recomiendan dejar de leer o mirar las noticias sobre la pandemia de manera constante, incluidas aquellas que aparecen en nuestras redes sociales.

El rodearse de familiares, amigos o compañeros de trabajo, tiene un efecto positivo en el bienestar emocional y en la capacidad de lidiar con el estrés.

“El apoyo social es una ayuda muy importante, y funciona mejor que los antidepresivos”, afirma Cano.

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

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