El ADN futbolero se lleva en la sangre. Esa es sin duda la prueba más grande que tiene Pamela Jhilcana Ballivián, jugadora de fútbol yungueña de 24 años que debutó hace poco con Bolívar, en el torneo femenino de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP), llevando adelante un apellido ya tradicional en el balompié nacional. Es hermana del defensor de Wilstermann, Ramiro Ballivián, y sobrina del recordado Ramiro Castillo (+).

«Desde muy pequeña observé (jugar) a mi hermano Ramiro. Y pues me gustó el fúbol; es más yo cuando hacía gol me sacaba la polera», recuerda Pamela cuando a sus siete años inició en su natal Coripata a seguir los pasos de su hermano, hoy futbolista profesional de dilatada trayectoria en el balompié nacional.

Nacida el 14 de junio de 1996, Pamela recordó que junto a sus primos y amigos armaba canchitas en las calles y protagonizaban eternas jornadas de fútbol y mucha adrenalina. Si es no es pasión, ¿Entonces qué es? El fútbol siempre corrió en sus venas y el olfato goleador está presente, más porque se desempeña como delantera o extremo por derecha o izquierda.

Se formó en la escuelita de fútbol Hermanos Castillo, donde Iván Sabino Castillo fue su entrenador y formador.

En una sociedad que aún ve el fútbol como un deporte «exclusivo de hombres», Pamela contó que vivió todo lo contrario: siempre recibió el apoyo de su familia, mucho más porque su hermano Ramiro ya estaba en plena actividad en Universitario de Sucre, para luego pasar por The Strongest y Wilstermann.

Se hizo visible en el fútbol al vestir la camiseta de dos equipos muy reconocidos en el país: Wilstermann y Bolívar.

«Primero fui a Wilstermann para la Copa Simón Bolívar que se realizó en el trópico. Después de ese campeonato me llamaron para formar parte de Bolívar  y no lo pensé más y dije que sí», recuerda Pamela.

Como todo deportista, Pamela se trazó la meta de llegar a la selección nacional, además de poder migrar a un club del exterior, principalmente de Estados Unidos donde se considera está el mejor fútbol femenino del planeta.

Confiesa que admira a muchos jugadores, entre ellos a su hermano Ramiro «no solo porque es mi hermano, sino porque yo veo su esfuerzo y que muchos no lo ven». A nivel internacional, Pamela admira el juego que exponen Neymar, Sergio Ramos y Marcelo.

Decidida a cumplir con sus sueños, la futbolista coripateña mandó un mensaje a todas las niñas y jóvenes que quieren jugar al fútbol, pero que muchas veces no lo hacen por el prejuicio de la sociedad. «El fútbol no tiene género, no debemos tener miedo a lo que diga la sociedad», finalizó.

Por Jesus

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