Advertencias de procesos, conminatorias y muchos adjetivos calificativos se escucharon en días pasados. Las versiones sobre los hechos de 2019 intentaron desviar la atención al drama que genera el Covid-19

Bolivia cerró una semana en la que el Movimiento Al Socialismo (MAS) subió el tono de su discurso contra la Iglesia Católica y los actores visibles de la oposición. Las versiones sobre los hechos registrados en 2019 acapararon la atención, desviando un poco el foco del drama que aún vive la población por el Covid-19 y una tercera ola de contagio que sigue haciendo de la suyas entre los bolivianos.

El pedido de investigar a los expresidentes Lenín Moreno y Jeanine Áñez por delitos de “lesa humanidad” por el préstamo de armamento y la convocatoria de la Fiscalía a declarar al Carlos Mesa por el caso de supuesto “golpe de Estado” marcaron el inicio de días intensos en el ámbito político.

Iván Lima, ministro de Justicia, llegó a ofrecer “garantías” al jefe de Comunidad Ciudadana (CC), asegurando que no será aprehendido si acude a la citación; a la par de eso se conocía la memoria de la Iglesia Católica sobre los diálogos de pacificación, que reveló que Susana Rivero y Adriana Salvatierra no quisieron asumir la Presidencia y que el MAS aceptó participar en la sesión en la que se reconocería a Jeanine Áñez.

El miércoles el presidente de la Cámara de Diputados, Freddy Mamani, ya exigía que el exmandatario ecuatoriano se “disculpe” por el envío de gases y municiones a Bolivia durante las protestas de organizaciones sociales, mientras que el jefe del MAS, Evo Morales, llamaba “cómplices” a los integrantes del clero por la crisis que lo alejó del poder.

Por Jesus

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