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El exvicepresidente Álvaro García Linera opinó que la forma de contener a grupos económicos y de poder opositores a los gobiernos “populares” es revisando los impuestos, las propiedades y las cuentas bancarias, para “atemperar” las conspiraciones.

En una entrevista con la revista “Jacobin América Latina”, el exvicepresidente consideró que el “qué hacer con las oligarquías” es un tema complicado.

“Las transformaciones que se hacen por la vía democrática electoral, en cambio, te plantean esto como un problema inevitable y que te va a acompañar durante toda tu gestión, porque tienes que convivir con ellos, tienes que convivir con esa clase social”, aseveró.

Señaló que se debe tener una relación de “articulación y desplazamiento temáticos” y que “un gobierno progresista –por muy radical que este sea– que ha accedido por la vía democrática tiene que encontrar métodos prácticos de convivir con ese sector empresarial del país”.

“Lo que puede hacer un gobierno progresista (y para ello usa el monopolio de monopolios, el conjunto de recursos que están a disposición del Estado) es atemperar el poder económico de ese sector”, postuló.

Para ello -acotó- un gobierno progresista necesita un Estado con un mínimo indispensable de control del Producto Interno Bruto, para “no estar sometido, no estar engrillado, a los poderes fácticos económicos, muchos de ellos más poderosos que el Estado”.

“Ahí tienes un conjunto de mecanismos: tributarios, impositivos, de políticas fiscales, de inversiones y, llegado el caso, también de nacionalización”, indicó.

Señaló que ese sería el momento en que el proyecto progresista va más allá de los acuerdos tácticos y de desplazamiento. “Desplazamiento en el sentido de que el Estado tenga un nivel de poderío económico con el que pueda romper el efecto de encierro y de aislamiento al que lo llevan los poderes económicos más grandes. Un 30% del PIB, mínimo, tiene que ser del Estado”.

Aseveró que eso permite que cuando entre al diálogo o a la acción con otros sectores empresariales, “lo haga desde una posición de poder y no de subordinación”.

Y – acotó-, si estos sectores entran en una actitud conspirativa “hay que afectarlos”.

“No puedes simplemente contemplar, o asumir la actitud de dejarlos seguir con su conspiración. Revisa sus impuestos, mira sus propiedades, sus cuentas bancarias, tienes un menú de opciones de gobierno con las cuales atemperar y contener ese tipo de acciones”, indicó.

Las declaraciones de García se dan en un contexto en el que el Gobierno del MAS intenta aprobar la polémica ley de lucha contra la legitimación de ganancias ilícitas, que es considerada por sectores opositores y gremiales como una norma atentatoria de los derechos a la propiedad y la confidencialidad.

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