La enseñanza del monseñor René Leigue en el Domingo de Pascua resaltó que buscar soluciones a los problemas y nos consumirnos en ellos es un signo de Resurrección
“Esperemos que el Resucitado resucite a aquellas personas que les toca llevar adelante una misión, un compromiso en nuestro país”, fue la voz del monseñor René Leigue, arzobispo de Santa Cruz, en la homilía dominical en el Domingo de Pascua y Resurrección.
Leigue sacó a relucir los pasajes bíblicos en los que el apóstol Pedro negó a Jesús, pero eso no fue motivo para que él se aleje de Dios, sino que fue motivo para fortalecer su fe y estar presente, especialmente en este momento que Jesús se hace presente nuevamente en la Resurrección.
“¿Cómo lo encontramos al Señor? ¿De qué manera nos damos cuenta que Jesús resucitó? Pues si nosotros lo vivimos, ahí vamos a encontrar al Señor, si vivimos realmente esa alegría de sentirnos parte de la vida de Dios”, apuntó el monseñor.
Asimismo, expuso que para hacer creer a alguien, eso lo tiene que asumir uno mismo primero, siendo alegres frente a las dificultades y problemas que se tenga o antes las cosas que agobien o traigan tristeza.
“¿Cuánto no quisiéramos esto?, que empezando la semana, iniciáramos sin problemas por ejemplo, ese es un signo de la resurrección, donde podamos solucionar los problemas, no consumirnos en ellos, sino buscar soluciones, eso es signo de resurrección”, acotó.
Agregando a esta enseñanza, Leigue sostuvo que quien siente que Jesús resucitó debe pensar no en la muerte sino en la vida y cuando se habla de muerte, no solamente se refiere a la muerte física, sino levantar el ánimo nuevamente.
Image
“Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no solo en las cosas terrenales. Sintamos la presencia de Dios en nuestras vidas y manifestémoslo no gritando por las calles sino con nuestras vidas. Sean personas alegres, serviciales, con su actitud muestren que, si vale la pena seguir al Señor”, puntualizó durante la homilía.
Leigue convocó a los feligreses a tener esa experiencia de Dios en sus vidas y que esto se manifieste en los actos, siendo responsables con las cosas que hacen, especialmente pensando en la casa.
“Entonces ahí está la misión de ustedes, muestren que realmente vale la pena seguir al Señor y que hoy resucitó para darnos vida, muéstrenlo de esa manera, sean personas alegres y no personas tristes y pesimistas”, concluyó.