24 horas después de sus afirmaciones en medios argentinos, el embajador de ese país en Bolivia, Ariel Basteiro, admitió que los 40.000 cartuchos AT 12/70, supuestamente enviados por el gobierno de Mauricio Macri a Bolivia para ayudar a romper el orden constitucional en 2019, es material antimotines.

A la vez, la autoridad diplomática remarcó que a parte de los cartuchos existen granadas de gas y material químico que se usa para controlar disturbios.

«Eran 41.000 cartuchos de municiones para escopeta, se supone que eran antimotines. Pero como todo fue hecho de manera subrepticia, en la oscuridad sin ponerlo de manera pública, podría ser que esos cartuchos, que teóricamente son antimotines también sean letales», dijo en contacto con los medios.

El jueves en la noche, en una entrevista a un canal de televisión de Argentina aseguró que un avión de la Fuerza Aérea Argentina, el 12 de noviembre de 2019 trasladó a un grupo de gendarmes para resguardar su embajada en La Paz donde también habían cajas con armamento, que «nadie sabía que se había hecho con ellas».

En ese contexto, el diplomático también indicó que el gobierno de Alberto Fernández instruyó una investigación rápida para esclarecer este hecho. Se otorgó 72 horas para que la Gendarmería de ese país entregue un informe sobre el supuesto envío de material a Bolivia.

«El Ministerio de Seguridad de Argentina dio 72 horas a las autoridades de la Gendarmería y el sector administrativo (de esa misma cartera de Estado) para que aporten datos e información al respecto», sostuvo.

Jorge Santisteban, abogado del excomandante de La Fuerza Aérea Boliviana (FAB) Jorge Terceros y militar en retiro, aseguró que estos implementos no son material letal, sino son estopines y granadas lacrimógenas, irritantes y de humo.

El viceministro de Relaciones Exteriores, Freddy Mamani, indicó que el «material bélico», probablemente haya sido utilizado «en las masacres de Sacaba y Senkata» en noviembre de 2019.

Al respecto, el canciller, Rogelio Mayta, insistió que el caso del «material bélico» que supuestamente llegó de Argentina a Bolivia, fue negociado «debajo de la mesa».

Por Jesus

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