Después de que el Gobierno devolvió el financiamiento de 327 millones de dólares entregados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2020, el Banco Central de Bolivia (BCB) informó que el pasado 23 de agosto recibió del mismo organismo 326 millones de dólares.

La gestión causó una ola de críticas de diferentes sectores, mientras los economistas consideran que el Estado  hace un manejo político de la economía del país.

El Gobierno asegura que la entrega de recursos del FMI en 2020 al Gobierno de Jeanine Áñez fue irregular y que por ello la Fiscalía imputó al exviceministro del Tesoro Carlos Schlink y otros ocho funcionarios. 

Expertos concluyen que ambas entregas son similares y que hay contradicción en el Gobierno al devolver dinero y después aceptar recursos nuevamente. 

“Como había adelantado, el Gobierno vuelve al FMI. La necesidad tiene cara de hereje. En buena hora. Éste es el mismo procedimiento por el cual devolvieron el dinero que Áñez había obtenido y razón por la cual metieron preso a Carlos Schlink. ¿Extinguirán el proceso?”, cuestionó en su cuenta de Twitter el economista Gonzalo Chavez.

“¿No es dinero (DEG) del ‘diabólico’ FMI? Entonces, ¿para qué revirtieron la anterior operación o swap de divisas? ¿Por qué aprehendieron a Schlink?”, preguntó el periodista Marco Zelaya.

“Y el mundo da vueltas. El Estado Plurinacional, gobernado por Arce, recibe del FMI 326 millones de dólares. ¿Devolverá el dinero como lo hizo hace meses? ¡Ah! Y acabo de acordarme del viceministro Schlink”, comentó, por su parte el abogado y periodista Andrés Gómez Vela. 

El economista German Molina explicó que el FMI realiza la entrega de recursos a los países miembros para reactivar la economía. 

Estos 326,4 millones de dólares son asignados en 456 mil millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), que se ingresarán como reservas internacionales netas (RIN). Para usarlo, el Gobierno lo cambiará a dólares y a partir de allí corren costos financieros a favor del FMI, explicó el economista José Gabriel Espinoza. Aunque no cuenta como deuda, es un pasivo a favor del FMI porque el Gobierno debe devolverlo cuando se lo pidan. Por eso actualmente las RIN han subido en 326 millones de dólares, al igual que la deuda externa porque Bolivia tiene la obligación de devolverlo. La misma figura tenía el crédito gestionado en 2020, que fue devuelto. “En términos contables, no hay diferencia alguna”, indicó Espinoza.

Devolver el financiamiento del FMI afectó al país porque otras naciones ven un manejo político de la economía nacional y, por lo tanto, deciden no prestar o prestar a tasas más altas a Bolivia y esto ha ido contra la emisión de bonos soberanos que planeaba el Gobierno. “Lamentablemente, cuando hay que ser pragmáticos, se opta por ser políticos”, concluyó.

Devolución de dinero al FMI

El Gobierno asegura que los recursos entregados por el FMI en 2020 no fueron aprobados por la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), pero exautoridades dicen que no era necesario porque se realizó una operación de venta de divisas.

Bolivia vendió parte de su participación en el FMI y el organismo le dio Derechos Especiales de Giro (DEG), activos que son convertidos a dólares. El acuerdo fijaba la devolución de los DEG en cinco años.

En 2020 se llevó a cabo un Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR), que no es un préstamo, pues no existe contrato, y el FMI ratificó esa situación.

Por Jesus

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *