El viceministro de Comercio Exterior, Benjamín Blanco, afirmó este miércoles, a un año de la pandemia en Bolivia, que la cuarentena rígida dictada por el gobierno de facto de Jeanine Áñez fue un sacrificio vano de la población y una medida con fines políticos para postergar las elecciones generales del año pasado.

«La Policía estaba en la calle sin permitir que la gente salga, ha sido un gran sacrificio que se le ha exigido al pueblo boliviano, y que al final resultó vano, porque la idea de tener una cuarentena es achatar la curva, disminuir las posibilidades de transmisión, lograr que los casos vayan apareciendo de forma escalonada, mientras se supone se adecúa el sistema de salud; pero eso no se hizo”, señaló.

El 10 de marzo de 2020 fueron confirmados los primeros casos de COVID-19 en Bolivia, días después el régimen de Áñez estableció una cuarentena rígida seguida de improvisadas medidas, a diferencia del Plan Estratégico de Lucha contra el COVID-19 que implementó el Gobierno del presidente Luis Arce basado en tres pilares: diagnóstico temprano, coordinación a todo nivel y vacunación masiva.

«Lo que sucedió en realidad fue que se le exigió un fuerte sacrificio al pueblo boliviano, se pusieron en riesgo nuestros emprendimientos económicos, la economía del país, y en realidad no se cumplió con el fin, que era poder incrementar la capacidad de respuesta a la situación», añadió Blanco.

Recordó que Argentina también declaró cuarentena, pero en el tiempo que duró «amplió al doble su capacidad de unidades de terapia intensiva».

“En nuestro caso, el gobierno de facto lo que hizo fue encerrarnos en nuestras casas, con amedrentamiento policial, pero no se aprovechó ese tiempo de cuarentena para mejorar el sistema de salud, mejorar la capacidad; ha sido un sacrificio en vano que se le ha pedido al pueblo», insistió.

Sostuvo que mientras los países de la región ampliaban sus capacidades de respuesta, negociaban, como Chile y Argentina, la compra de vacunas, en Bolivia se hacían anuncios, pero en los hechos lo que había eran denuncias de compras con sobreprecios, respiradores que no servían,

“No había pruebas PCR, Bolivia era el país con menor cantidad de pruebas por millón de habitantes; hacíamos 600 pruebas por millón de habitantes, otros países hasta 10 mil, y Paraguay, con un nivel de desarrollo parecido al país, hacía 1.400 por millón, añadió.

(ABI)

Por Condori Luis Pedro

Diseñador y Administrador de Noticias en la Web

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